Este 26 de febrero, la FIFA tendrá elecciones extraordinarias para escoger a su nuevo presidente.
Tras el escándalo de corrupción que sacude al organismo desde mayo de 2015, Joseph Blatter, quien había sido reelegido hasta 2019, fue obligado a dejar el cargo que actualmente ocupa el camerunés Issa Hayatou de forma interina, y un mes antes de las elecciones, se dieron a conocer los cinco candidatos que buscarán la silla más importante del organismo rector del fútbol mundial.
Ellos son el príncipe Ali Bin Al Hussein de Jordania, el francés Jerome Champagne, el italiano Gianni Infantil, el sudafricano Tokyo Sexwale y el jeque Salman Bin Ibrahim Al Khalifa de Bahrein. Cada uno ya va formando su bloque de apoyo de cara a las próximas elecciones, pero sin duda, este último es uno de los más fuertes.
El jeque Salman cuenta con el apoyo de la Confederación Asiática de Fútbol (AFC), expresado mediante un comunicado oficial. Además, tiene el apoyo de otro jeque, Ahmad Al Fahad al Sabah, una figura muy influyente dentro del Comité Olímpico Internacional y miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA.
Sin embargo, existen varias acusaciones en su contra que lo dejan mal parado rumbo a la presidencia de la FIFA. Un grupo de organizaciones en pro de los derechos humanos, entre ellas «Human Rights Watch», lo acusó en 2013 y 2015 de reprimir deportistas.
Las acusaciones se remontan a 2011, cuando encabezó un comité que investigó a 150 deportistas que participaron en las manifestaciones de ese año en Bahrein. Además, se le llegó a señalar como el principal responsable de la detención y tortura de tres integrantes de la Selección Nacional de Fútbol. Por supuesto, el jeque Salman desmintió estas acusaciones y las tachó de ser «falsas, mentiras desagradables que se han repetido una y otra vez hasta ahora».
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