El domingo 13 de marzo, un atentado terrorista volvió a sacudir la capital de Turquía, Ankara. Al menos 36 personas murieron y más de 125 resultaron heridas luego de un explosión de un coche bomba en el centro de la ciudad. Entre los muertos se encuentra el padre de un seleccionado turco de fútbol, quien resultó víctima de este atentado, tras ver jugar a su hijo.
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