Pareciera que la hora de ir a la cama no tiene gran complejidad ni importancia en nuestras vidas, porque total, ya acabó el día; sin embargo, es tan interesante el tema y afecta tanto la productividad de todas las personas, que el año pasado ocupó parte de la agenda del World Economic Forum de Ginebra. Ser una persona altamente productiva y, por ende, exitosa involucra trabajar muy duro, pero más allá hay que trabajar inteligentemente. La gente que ha triunfado sabe que su tiempo es limitado y muy valioso, por lo que buscan aprovechar al máximo cada hora, le exprimen hasta el último minuto de la mejor manera. Los dos factores para conseguir trabajar inteligentemente son: Una adecuada planeación de lo que hay que hacer y un sueño de calidad y cantidad suficiente. Partamos del entendimiento de que el éxito comienza y termina cuando se tiene salud mental y física, lo cual está fuertemente relacionado al sueño y a los rituales antes de dormir, añadiendo las buenas rutinas matutinas. Estudios de la NSF (Fundación Nacional del Sueño en EUA) comparan la falta del sueño y sus efectos, con los provocados por el exceso de alcohol y todos los riesgos que esto conlleva: Lentitud en la capacidad de respuesta, una baja en el sistema de alerta y la capacidad analítica y de juicio; provocando un mayor riesgo de sufrir accidentes.
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