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«Estoy en mi mejor momento, estoy feliz», asegura sonriente Benjamín Vicuña a sólo días del estreno de su nueva serie en TVN, «Un diablo con ángel».
La producción, que se presenta como la primera gran apuesta del canal público en 2017, debuta este lunes 2 de enero a las 22:30 horas y marca el regreso de una dupla que en el pasado cautivó a los telespectadores en «Huaquimán y Tolosa»: Vicuña y Daniel Muñoz.
«Es una comedia disparatada que habla sobre el intento de ser un buen hombre en el 2017. Una serie donde la gente se va a morir de la risa, la van a masticar, pero que tiene un mensaje detrás porque se tocan temas que hoy en la sociedad son complicados, como el bullying, el cohecho, la corrupción y la colusión», comenta a Publimetro el actor nacional, quien en la ficción da vida a «Gaspar», un hedonista por excelencia que está acostumbrado a ganar sin importar cómo.
«Es un cara de raja, un cara dura sinverguenza, un pícaro inescrupuloso, un tipo al que no le interesa nadie más», dice Vicuña y no esconde el entusiasmo que despierta en él este nuevo rol. Y cómo no, si afirma que es «más que interesante» asumir un personaje que tendrá distintos matices a lo largo de una serie que, a su juicio, «es entretenida de principio a fin, cuenta con personajes notables y de paso mete la punta con temas que son importantes de tocar. Para mí esa es la gracia de la comedia, ya que es un género que te permite entregar un mensaje que va más allá. En este caso siento que lo logramos y estamos chocho de los resultados».
La historia comienza mostrando la vida sin límites de «Gaspar», quien sufre un terrible accidente en auto que le cuesta la vida, pero al llegar al cielo recibe una nueva oportunidad para «volver» a la tierra y evitar un futuro arribo al infierno, siempre y cuando cumpla con una condición: debe cambiar y aprender a amar.
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«Le dan la misión de enamorarse porque eso significa confiar, creer y entregarse, algo que este personaje recién comenzará a experimentar», cuenta Benjamín Vicuña, añadiendo que a este vividor «le cuesta mucho el cambio porque no quiere dejar a sus tres pololas y tampoco no quiere transar con su trabajo, con su locura, con su ambición y su ego, entonces interpretarlo es un lindo desafío».
En la transición de «Gaspar», su «ángel de la guarda» será clave. Este papel recae en Muñoz, quien en el primer capítulo provoca carcajadas con sus múltiples personalidades celestiales.
Respecto a este reencuentro con el ex patriarca de «Los 80», Vicuña asegura que «es casi mágico lo que nos pasa cuando estamos juntos en un set. A parte de quererlo, respetarlo y admirarlo, es increíble que cuando estamos ahí, nos miramos y las cosas fluyen. Siento que esa química que tenemos es súper importante porque como él interpreta al ángel de mi personaje tenemos la mayoría de las escenas juntos, y si las cosas no fluyeran entre nosotros no tendríamos el resultado tan espectacular que verán en pantalla».
«TVN es mi casa»
El crédito nacional, quien este año realizó además proyectos en Argentina y Colombia, afirma que incorporarse a «Un diablo con ángel» fue una propuesta que llegó en el momento perfecto porque «la comedia es un bálsamo y con mis compañeros estamos orgullosos y contentos de lo que hicimos».
La serie se grabó durante cinco meses en los que Benjamín Vicuña debió convalidar su estadía en Chile con sus constantes viajes a Buenos Aires para estar con sus tres niños. Al respecto, dice que «soy un agradecido de TVN, que es mi casa, porque fueron muy solidarios y generosos al invitarme a este proyecto, entendiendo que soy papá y que tengo mis hijos lejos, y por eso me dieron la posibilidad de viajar prácticamente todas las semanas, facilitándome las cosas enormemente».
El recordado «Piruja» de «Pecadores» ve con buenos ojos el momento en que esta producción verá la luz, pues coincide con los nuevos aires que se respiran en la señal pública tras la llegada de Jaime de Aguirre a la dirección ejecutiva. «Lo que veo me encanta, me motiva y es tiempo para entusiasmarse», asegura.
Cerrando «un año especial»
Ad portas de despedir el 2016, Vicuña evalúa estos últimos doce meses en lo labora y personal, e indica que sólo saca cuentas alegres.
«Siempre en estas fechas digo que tuve un buen año, pero este fue uno especial, de madurez y de mucha reflexión. Fue un año en que paré la pelota, trabajé menos, estuve más tranquilo y eso está bueno también para la vida. Hacer esas pausas sirve para cargar las pilas y arrancar un 2017 con mucha energía, con proyectos súper bonitos, que si no fuera por ese respiro quizás no podría tomar», señala con un dejo de satisfacción, añadiendo que «estoy súper tranquilo y, sobre todo, con ganas de estar bien».
El chileno, radicado en Argentina, recibirá el nuevo año en suelo nacional en compañía de sus niños y su círculo más cercano. Posteriormente pasará unas semanas más en Chile, pero advierte que es imposible que pueda volver a vivir en el país de forma más definitiva.
«Tengo toda mi historia y mi vida acá, pero tengo que ser responsable. Soy papá, mis hijos viven en Argentina y tengo que moverme para estar cerca de ellos», dice, para luego advertir que de igual forma se las ingeniará para venir seguido. Además, espera que surjan nuevos proyectos que le permitan trabajar acá y viajar constantemente a Buenos Aires.
En sus ganas de pasar más tiempo en Chile, confidencia que su pareja Eugenia «China» Suárez es su gran apoyo. «Acá vivimos más tranquilos… es un placer. Y ella sabe cómo llevarme a mis afectos porque entiende lo que me gusta estar en mi país. No sé si es por un ejercicio de amor, pero me acompaña mucho», cuenta.
Finalmente, en una breve evaluación, Vicuña revela qué fue lo mejor y más complejo de este año que se va: «lo mejor fue el tiempo que tuvo para compartir con mis hijos y lo más difícil fue una sensación de terror frente al mundo y esta de incertidumbre política que hay».
Por Karen Cordovez/Pub