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La industria televisiva nacional tuvo un 2016 absolutamente movido. Y no nos referimos a los resultados generales de rating, pues es sabido que Mega es líder indiscutido desde hace 32 meses, sino que a los aciertos, desaciertos y polémicas que marcaron este año no sólo frente a la pantalla, sino que también detrás de ella.
Así las cosas, y haciendo un repaso por estos últimos doce meses, elegimos a los «hitos» más «destacados» de la televisión en este año que se va, basándonos en tres categorías: Lo Bueno, Lo Malo y Lo Feo.
Lo Bueno
* La inédita y exitosa transmisión de los Juegos Olímpicos
Por primera vez en su historia, Televisión Nacional apostó por completo a la transmisión de la fiesta deportiva y lo hizo a lo grande, con una puesta en escena casi estelar en términos estéticos, un panel de especialistas de distintas ramas deportivas que aportaban con sus comentarios en cada competencia, y la entrega casi completa de su pantalla a los JJ.OO (con un promedio de 15 horas diarias) durante más de 16 días. ¿El resultado? El público valoró la apuesta y la forma en que se entregó el contenido, privilegiándolos con una alta sintonía que instaló a TVN como líder diario durante varias jornadas tras más de 20 meses a la baja, y lo ubicó en el segundo lugar del rating del mes de agosto luego de más de un año en el cuarto lugar. Sin duda, un impulso necesario para la casa televisiva que hoy comanda Jaime de Aguirre.
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* La consolidación de las teleseries nacionales de mediatarde
Fue en 2011 que TVN apostó por primera vez a las teleseries nacionales en la franja de las 15 horas con «Esperanza», logrando una buena acogida del público con dicha producción y, más tarde, con «Dama y obrero» y «La Chucara». Sin embargo, no fue hasta este año que el área dramática de Mega consolidó de forma definitiva este bloque con dos apuestas que se convirtieron en fenómenos de sintonía: «Te doy la vida» y «Amanda». La primera se alzó como la más vista en la historia de dicha franja al registrar un promedio de 16,8 puntos de rating durante su emisión. Sin embargo, en menos de un mes perdió ese «puesto de honor» en manos de la segunda, que durante sus primeras cuatro semanas al aire superó los 18 puntos promedio y se mantiene al alza, anotándose como un nuevo «golazo» del canal del grupo Bethia.
Lo Malo
* El «estelar pobre» llamado «Eo Eo Eo»
Luego que el productor ejecutivo Gonzalo Cordero emigrara de Mega a TVN con «bombos y platillos», en el canal público concentraron sus energías para lanzar una apuesta que llamaron «Eo eo eo» y que describieron, entusiasmados, como un «festival de invierno». Sin embargo, el programa le hacía poco honor al término «festival» tanto en lo estético como en lo artístico. Una puesta en escena que recordaba a los estelares ochenteros, un animador brasileño que (pese a su esfuerzo) poco y nada entendía lo que pasaba sobre el escenario, y una parrilla de artistas que reflejaba «pobreza» al tener como grandes números a los chicos de «Mekano» versus «Rojo», a un grupo de axe que no tiene éxito desde hace una década, y a músicos chilenos que pocos recordaban como Valija Diplomática y Aparato Raro. Así las cosas, el espacio fue blanco de las críticas durante sus seis emisiones y registró un promedio de sintonía de sólo 7,8 unidades, desapareciendo de pantalla sin pena ni gloria.
* El «revival» de «La casa en la pradera» y «Jappening con Ja»
Es sabido que la situación económica de los canales no es buena y apostar por productos envasados es una alternativa económica para rellenar la pantalla, pero que estas apuestas sean programas con más de 30 años de antigüedad es sólo una muestra clara de la falta de creatividad que hoy reina en la industria y que ha sido clave en su alicaído presente. Ejemplos como «La pequeña casa en la pradera» de Canal 13 y «Rejappening» en TVN logran darle a cada estación algunos puntos de sintonía que sirven para «mantenerse», pero que están lejos de jugar un rol en la «competencia» por el rating y no significan mucho aporte en la pantalla chica.
Lo Feo
* El polémico quiebre entre Ignacio Gutiérrez y CHV
Era uno de los animadores más queridos de Chilevisión y su futuro laboral se veía bien encaminado como hombre ancla del matinal de la estación. Sin embargo, la feliz estadía de Ignacio Gutiérrez en el canal ubicado en las ex dependencias de Machasa se convirtió en un mal sueño tras una reunión con la plana ejecutiva en que se le indicó que era incapaz de cumplir el rol de «dueño de casa» del espacio matutino por ser homosexual. Ofendido en lo más profundo y valiéndose de la Ley Zamudio, Gutiérrez decidió llevar a sus empleadores a la justicia alegando discriminación e inició así un conflicto judicial nunca antes protagonizado por un rostro de TV; litigio que finalizó hace sólo unos días, luego que la Corte de Apelaciones confirmara la sentencia contra CHV por incurrir en una conducta discriminatoria. El animador se quedó sin casa televisiva y la estación deberá pagar una multa en dinero. Sin duda, una horrible forma de poner fin a un vínculo laboral que durante años fue positivo para ambas partes.
* La inestabilidad constante del matinal de TVN
Durante años el canal público fue líder indiscutido de la franja matutina, pero todo lo que sube tiene que caer y la caída de «Buenos días a todos» fue simplemente estrepitosa, haciendo de 2016 su peor año al aire. Desde que inició el año que está por terminar, el espacio ha tenido tres productores ejecutivos al mando del equipo y ninguno, hasta ahora, ha «dado el ancho». María Eugenia Camus fue la primera y en su arribo despidió a Julián Elfelbein para apostar por un matinal femenino, liderado por tres animadoras (Karen Doggenweiler, Javiera Contador y María Luisa Godoy). La propuesta duró menos de tres meses y la mujer fue removida de su cargo, y con ella finalizó su «fórmula» de conducción. Fue entonces que desde Mega llegó Cristián Torres, quien quiso imponer un sello que incomodó a Gonzalo Ramírez (que decidió irse y enfocarse sólo en prensa) y fue insoportable para Karen Doggenweiler, quien aseguró sentirse «más livianita» tras decir adiós a un programa del que fue rostro emblemático durante años. Pero Torres no se rindió, hizo un concurso en pantalla para buscar animador y hasta seleccionó finalistas, pero dicha competencia tuvo olor a «tongo» ya que nunca hubo un ganador ni explicación de lo sucedido. Luego apostó por renovar el nombre del matinal a «Muy buenos días», cambió a los animadores y potenció al panel. No obstante, nunca encontró el camino y hace un par de semanas fue despedido. En su reemplazo asumió Gonzalo Cordero, quien hasta ahora no ha tenido una estadía muy tranquila ya que tras su llegada renunciaron dos panelistas (Jaime Coloma y Dominique Gallego) y durante los últimos días ha visto cómo el espacio se vuelve objeto de críticas y suma más de 160 denuncias en el CNTV acusado de «sensacionalismo». Con este escenario y tras tantos cambios, las dudas en torno al futuro de la apuesta matutina crecen como la espuma.