El español estaba realizando sus habituales saltos de calentamiento, pero no calculó bien la distancia con el techo y se pegó la cabeza. Tal ha sido el sonido del golpe que su rival se ha dado cuenta.
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Gilles Muller le ha preguntado si estaba bien y Nadal, aunque estaba muy concentrado en su partido, no ha podido evitar reírse.
Cuando Gilles ha visto que no le había pasado nada al español, también ha soltado alguna carcajada.