Situación que le significó salir resguardada por Carabineros del lugar.En una asamblea realizada en un repleto gimnasio del establecimiento, los apoderados indignados increparon a González, preguntándole por qué no espera a cerrar el próximo año para que, al menos, tengan esos meses para reubicar a sus hijos.
«Son 230 niños, 230 familias las que quedan en la calle en este minuto», recordó otro de los apoderados que tomó la palabra en la instancia.