El papa Francisco pidió perdón a los chilenos el martes por el “daño irreparable” causado a los menores que sufrieron abusos sexuales de sacerdotes.
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Francisco comenzó su visita a Chile refiriéndose directamente al escándalo de abusos en un discurso ante la presidenta, Michelle Bachelet, legisladores, jueces y otras autoridades.
El escándalo ha erosionado la credibilidad de la Iglesia católica en el país y arrojado una sombra sobre su visita, la primera de un pontífice en tres décadas.
“No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza ante el daño irreparable cometido a niños por parte de ministros de la Iglesia”, indicó el papa, indicando que se sumaba a los obispos al pedir perdón, apoyar a las víctimas y asegurarse que no volverán a cometerse abusos.