El jurista protagonizó una extraña situación ante la prensa bolivian, llegando incluso a las lágrimas al evocar los lazos que lo unen con el vecino país.
“Escribí uno de mis libros sobre los Estados sin litoral, diciendo que carecer de litoral era una pérdida para cualquier país, pero más lo era para un país como Bolivia que había disfrutado del mar, que era como ir a Granada y haber perdido los ojos” señaló el abogado.