«Terrible», «lamentable», «vergonzoso» decían los comentaristas al ver lo que sucedía al final de la que se facturó como la pelea más grande en la historia de la UFC.
Se trataba del duelo más importante del ruso Khabib Nurmagomedov y del regreso de la máxima estrella de la principal promotora de las artes marciales mixtas en el mundo, Conor McGregor.