Un fotógrafo se encontraba revisando un área localizada en la ciudad de Alamos en México cuando vio un bulto peludo en el agujero de una pared.
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Su primera idea era que se trataba de un animal, así que se acercó a tocarlo. Pero menos mal que tuvo un poco de criterio y en vez de extender su mano utilizó un palo.
Y menos mal que hizo eso, porque no había un tierno peludín, sino que un verdadero ejército de arañas que comenzaron a aparecer por montones desde el agujero.
Quien arrancó también fue el fotógrafo, algo que cualquiera hubiera realizado en todo caso.