El tenista australiano Nick Kyrgios sumó a su largo historial una nueva polémica, quizá la más potente de su «prontuario», porque fue descalificado en el Masters de Roma, tras volverse literalmente loco.
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El oceánico estaba disputando un partido cerrado ante el noruego Casper Ruud, en la segunda ronda del Foro Itálico, y cuando el partido estaba 3-6, 7-6 (2) y 2-1 a favor del escandinavo, pasó lo peor.
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Kyrgios empezó a discutir con un juez de línea, luego con el umpire, tras ello pateó botellas y faltaba más, porque tomó una silla y la hizo volar por los aires, para luego ser descalificado por su actuar.
El australiano mostró todo su carácter, y antes de irse de la cancha, lanzó unos insultos. Ruud se dedicó a mirar el hecho, porque gracias a ello se metió en octavos de final.