Los manifestantes se oponen a una polémica reforma del sistema de extradiciones, convertida en un símbolo de las preocupaciones sobre el creciente control chino y la erosión de los derechos civiles en el territorio.
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Los manifestantes arrojaron piedras, botellas, vallas de metal y otros objetos a la policía.
Los incidentes de violencia son una importante escalada en la mayor crisis política del país en varios años.
La multitud, con una gran mayoría de jóvenes, llenó las calles cercanas, derribó barreras y tuvo escaramuzas con la policía ante la sede del gobierno y las oficinas del Consejo Legislativo. Pero cuando pareció que algunos habían rebasado el perímetro policial en torno al edificio, la policía actuó para repelerlos, utilizando también proyectiles no letales.
En una breve conferencia de prensa mientras la situación escalaba en el exterior, el comisario de policía describió la protesta como un disturbio.
Eso podría suponer largas penas de prisión para cualquiera que sea detenido, agravando el temor a que el gobierno de Hong Kong esté utilizando las leyes contra la alteración del orden público para intimidar a manifestantes políticos.
Los manifestantes habían forzado antes la demora de un debate legislativo sobre las propuestas de reformar la normativa sobre extradiciones, que permitiría enviar a China para su juicio a sospechosos de delitos en Hong Kong.
La situación de la reforma legislativa seguía sin estar clara tras los incidentes violentos, que en su mayor parte habían terminado para las 17:00, después de que la policía guiara a los manifestantes al otro lado de un puente peatonal. Video: AP.