Girando, girando y volando en concierto, los estorninos de Rusia y el este de Europa pasan el invierno en Tierra Santa. Crean «murmuraciones»: formas oscuras y cambiantes que parecen nubes danzantes.
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A medida que se pone el Sol, los estorninos comienzan su deslumbrante exhibición, girando y girando a gran velocidad, creando patrones dramáticos y radicales en el cielo del sur de Israel.
Lo hacen para ayudarse mutuamente a encontrar comida y para defenderse de los depredadores.
Al agruparse, los estorninos no solo encuentran seguridad en los números, sino que sus movimientos cambiantes y su forma colectiva cambiante confunden a sus posibles atacantes.
Hasta hace 20 años, los estorninos llegaron a Israel por millones, pero su número se redujo a bandadas de unas pocas decenas de miles a unos cientos de miles, aunque los investigadores aún no han identificado la razón de la disminución. Video: Reuters.