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En la séptima entrega de la serie “El Reemplazante”, veremos las nuevas medidas de seguridad que implementa la dirección del colegio. Los alumnos son revisados antes de entrar por la policía e instalan cámaras de seguridad para monitorear.
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Dionisio, como inspector del colegio, está cuestionado. Nieves está disconforme con su trabajo y le dice que es mejor que jubile. Además, la directora decide suspender los talleres para apoderados, aduciendo que no tienen control de quiénes entran al colegio.
Flavia se junta con su padre. Este le cuenta que por una oportunidad de trabajo se irá a Buenos Aires y que no le gustaría dejar de verla ahora que se reencontraron, así que le propone que se vaya con ellos y estudie en Argentina. Ella queda sorprendida y feliz con la propuesta.
Maicol le pasa dinero a Víctor por el robo de la mochila que estaba en un auto. Víctor rechaza el dinero y le dice que si hubiera sabido lo que iba a hacer, no lo habría acompañado.
Charlie se encuentra con Claudio para ver si puede ayudarlo a resolver el problema de violencia en colegio. En tanto, el narco anda con la idea que Charlie lo ayude a “blanquear” su dinero. Por lo pronto, se encarga de que La Friki y el Chuqui queden fuera de circulación.
Lucía logra convencer a su hijo (Munizaga) que vayan a comer a la casa de Charlie. Están también Dionisio, Maicol y Toyita. Munizaga está desagradado. La conversación deriva en la reciente balacera en el colegio y la violencia. Munizaga tiene una visión de que hay que eliminar a todos esos alumnos delincuentes y sus alusiones tocan a Maicol, quien se ofende.
Víctor finalmente, tras ser amedrentado por los jóvenes narco, decide unirse a Maicol para delinquir. Piensa que es la única forma de reunir dinero rápido para poder volver a su país y dejar de pasarlo mal.
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Con pasamontañas, entran furtivamente a la casa de Rosario para robar. Después de haber encontrado joyas y otras cosas, Maicol escribe en el espejo del baño: “está mal pelao el chancho”. Están a punto de salir cuando Rosario, de vuelta de un “carrete”, llega a su casa. Se topa con Maicol, a quien aparentemente no reconoce con pasamontañas, y éste la golpea. Escapan.
Al otro día Rosario llama a Charlie y le cuenta lo del robo y que está segura que fue Maicol. El encuentra que está siendo prejuiciosa. Sin embargo, una vez en su casa, Charlie entra al baño y, como la descarga del WC no funciona, abre la tapa y encuentra en estanque las joyas. Queda impactado y se da cuenta que su amiga tenía razón.