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Presencia transandina marcó el primer día del festival

Entre los fanáticos se “robó la película” una pequeña fan de 7 años. Maratones de espera fuera del hotel y la quinta fueron la tónica de ayer.

Constanza Álvarez limpia las lagrimas de su rostro tratando de que paren, pero no le resulta. Acaba de salir Ricky Martin del Sheratton Miramar y la emoción infla su pecho y hasta le provoca hipo. Todo porque lo vio. Y porque él, al parecer, la alcanzó a mirar. Le hace cariño a su cintillo que dice “Ricky Martin” y cuenta que es fanatica “desde que era chica”. Lo curioso es que tiene sólo 7 ańos como para considerar que eso es mucho tiempo.

Su amor por Ricky, dice la pequeña, viene desde siempre. “Le dediqué a mi mamá una canción y ella me dedicó otra a mí. Siempre lo escuchamos juntas”. Su mamá, Andrea Flores (39), cuenta que esa canción es “lo mejor de mi vida eres tú”, uno de los temas clásicos del puertoriqueño. “Nunca hice nada especial porque ella fuera asi de fanática. Pero a mì siempre me ha gustado mucho y ella ha crecido con su música. Y eso de andar persiguiendo a los artistas es de familia. Mi abuelo me lo inculcó”, cuenta Andrea entre risas a Publimetro.

Ricky se aleja en la van y aún entre lagrimas la pequeña Constanza se convierte en una verdadera estrella. Hacen fila por sacarse una foto con ella fans de todas partes. “Oye, nena, sácate una foto con nuestra bandera”, le dicen las chicas del “Fans club oficial Ricky Martin tú y yo”, un grupo de transandinas que se hizo notar porque encabezaron todo el dia de ayer a la fanaticada que permaneció frente al hotel. Ellas cruzaron la cordillera tras meses de ahorro y otras fórmulas que le permitieron estar alojadas en el mismo Sheratton. De todas las fans que esperaban por Ricky Martin en el hotel casi la mitad eran argentinas. “Vale absolutamente la pena el viaje, las horas al sol, la espera, todo, todo lo vale porque él es simplemente maravilloso”, dice Cinty, presidenta del club de fans trasandino.
Pero mientras en el hotel comienzan a despejar la entrada luego de horas de espera para ver a su ídolo en la Quinta Vergara aguarda una fila de cientos de fanáticos que esperan a que se abran las puertas del recinto. Los primeros de ellos están desde cerca del mediodía y varios de ellos también son trasandinos. Luz Bravo (15) vino de vacaciones desde Argentina junto a su familia. Ella, su hermana gemela y su madre están desde las 13 horas aproximadamente en uno de los primeros puestos de la reja que marca el punto de ingreso al festival. “La verdad sí es un viaje largo pero es entretenido venir a ver a Ricky”, dice la joven, quien al ser consultada por la larga jornada de espera dice: “Bueno, hay que hacer sacrificios a veces”.
Pero los transandinos no son los únicos que han hecho un largo viaje para ver a su ídolo. Concepción, Punta Arenas y Arica son sólo algunas de las ciudades de las que vienen los fanáticos de todas las edades. Todos coinciden en que Ricky Martin vale no sólo el viaje, sino también la espera.

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