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Dentro de las próximas semanas, Mega estrenará “Pobre Gallo“, su nueva apuesta dramática a cargo de Quena Rencoret. La historia de la teleserie tiene como escenario principal las calles y alrededores de Yerbas Buenas, localidad a donde llegó un centenar de personas para realizar la producción.
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Entre estas personas destaca Fernando Godoy, quien interpreta al Cabo Huayquimil, un correcto carabinero de raíz mapuche, que ama a la institución y que busca la seguridad de los ciudadanos en todo tiempo.
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Suena como un personaje serio, pero claro, es Godoy quien lo encarna… “Es de lo más recto que me ha tocado hacer“, comenta el actor pero inmediatamente explica que “aunque no es ni tan drama“.
“El trabajo que estamos haciendo con Andrés (Velasco), que se hace en las teleseries porque el formato lo pide y lo permite, es realismo y a base de las situaciones que se van generando vamos encontrando el humor, pero nosotros somos carabineros de verdad. No los estamos ridiculizando“, aclara el iquiqueño.
Para complementar su día anterior, Godoy confiesa que “soy de los que respeta mucho a los Carabineros de Chile porque encuentro que son, sin duda, la mejor policía de Sudamérica“. Y frente a la idea de poder transformarse en nuevos rostros de la institución, señala que “poder pasar a ser ícono de ellos, yo que soy un gallo súper correcto, no tengo ningún problema. Feliz, entretenido sería“.
“Por lo mismo estamos haciéndolo de esa forma y cien por ciento patrocinados por los carabineros. Hemos recibido instrucción y consejos. Además tengo muchos amigos carabineros, así que nada, pura felicidad“, enfatiza.
Un momento ¿y dónde entra el humor en todo eso?
La receta de Fernando Godoy. “Cuando se saca el uniforme lo único que quiere es un procedimiento con mujeres. Entonces es un carabinero que tanto cuando está en servicio, como cuando está de franco, está buscando ‘acción’“.
¿Otro condimento? Boris, el perro policial.
“La gracia es que no me haga caso nunca porque eso es lo que le da un poquito de comedia“, adelanta Fernando. “Pedí conocerlo el primer día de grabación, cosa que el no me tuviera cariño de antes, pero nos amamos a primera vista. Entonces me lengüetea todo el día, estamos jugando siempre, es un perro exquisito. Pero claro, no me hace caso en nada”, agrega el actor entre risas.
En Yerbas Buenas
Cuando terminan las grabaciones no es extraño ver a un grupo de niñas (y no tan niñas) corriendo en dirección a Godoy para tomarse fotografías. Algo que el actor no esquiva “por nada en el mundo”.
“Me gusta eso, sentir el cariño de la gente. Pero más que todo, es esa necesidad que tienen de darte cariño porque te sienten parte de ellos. Es como súper lógica la sensación y más todavía acá, que quizá no tiene la posibilidad como otros de ver a gente conocida tan frecuentemente. Y ahora que estamos instalados acá es como intentar pasar a ser, de una u otra forma, de Yerbas Buenas. Pasar a ser uno más de acá. Además los ves todos los días, ya me sé los nombres de algunos, hay amigos, gente que te ayuda porque sí y eso es muy de chilenos de provincia, de este tipo de lugares con 17 mil habitantes, donde son todos conocidos, todos amigos o todos se entregan cariño”, explica la figura de Mega.
Y el cariño de provincia es algo que Fernando Godoy conoce, pues en algún momento de su vida le tocó estar al lado de quienes recibían actores, luchaban por ser extras y obtener un foto con “el rostro de moda”.
“Me acuerdo que cuando filmaron “Playa Salvaje” en Iquique, fui extra y andaba atrás de la Catalina Pulido. También me acuerdo que en ese tiempo en que grababan “Pampa Ilusión”, veía cómo corrían los actores por playa Cavancha y andaban con sus trajes de baño cortitos y yo decía: ‘Mira, qué se creen, como si se vieran bacanes’… y bueno, yo ahora estoy con el mismo ‘shortcito’, aunque es por comodidad (ríe)”.
Para cerrar la conversación, Godoy puntualiza que “es súper lindo poder vivir ambas partes“, y esa cercanía se nota. Hoy es uno de los actores más queridos del país y en Yerbas Buenas, confiesa una de las comerciantes del lugar, el único actor que pagó por adelantado para poder “tomar un cafecito cuando quiera”. Un grande.
Mauro Canales