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Phil Collins dejó la música el 2011, entre otras causas, para estar cerca de sus hijos pequeños, quienes son su prioridad. Hoy, el músico está preparando su retorno el que asegura se toma «con calma» y que se ha traducido en la reedición de sus discos «Face Value» y «Both Sides».
«Cuando anuncié mi vuelta (el año pasado), solo dije que escribiría nuevas canciones, lo que se entendió en que haría un nuevo álbum. Lo cierto es que aún no he escrito nada. Mi intención es volver a casa, no hacer nada durante un tiempo, sentarme entonces en el estudio y ver qué sucede. Ahora solo tengo un par de ideas», comenta Collins.
Persistentes problemas médicos fruto de tres décadas tocando la batería (pérdida de capacidad auditiva, una vértebra dislocada y daños nerviosos) llevaron a este británico, poseedor de siete premios Grammy y un Oscar, a abandonar su carrera hace cinco años.
A ello se sumó cierto hastío de algunas dinámicas de la industria musical. Sin embargo reconoce que «hay muchas más cosas por las que le estoy agradecido» y aprovecha de recalcar que la decisión paso principalmente por querer criar a sus hijos pequeños.
Su tercera esposa, Orianne Cevey, se los llevó a Miami después de dejar la relación y esto obligaba a Collins a viajar a menudo.
«En los tiempos intermedios, me vi con mucho tiempo libre entre manos; en realidad, era algo que de alguna forma sentía que me merecía, no hacer nada», cuenta.
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Lo que sucedió es que la inactividad y todos los acontecimientos personales le sumieron en un «período de oscuridad» en el que se pasaba las horas viendo la televisión y bebiendo demasiado alcohol.
A principios de 2015, Cevey quedó paralizada y Collins decidió mudarse permanentemente a Miami para estar cerca de su familia. Él mismo confirma que todo aquello «fue un tiempo difícil, pero es pasado» y que ahora viven «otra vez todos juntos».
En el impás de estos acontecimientos, lo motivaron a involucrarse en la reedición de su catálogo, especialmente en el abundante material adicional que lo acompaña.
«Lo mejor de estas canciones es que no han envejecido, suenan tan bien como cuando las grabamos», presume su autor, que dice que le animó el que otros artistas le citen como una influencia: «Pensé que sería interesante que quienes leyeran eso pudieran escuchar de qué se estaba hablando», añade.
Sobre si tiene intención de volver a actuar, precisa que no puede hablar de «planes» como tal. «Lo estoy sopesando, pero me lo tomo con calma. No quiero apresurarme. Cada día llevo a mis hijos al colegio y eso es lo más importante para mí ahora. No quiero estar muy ocupado», insiste.
Las ventas de sus discos superan los 100 millones en todo el mundo, pero es un músico tan alabado como discutido: «Lo más importante para mí es que a la gente normal le gusta lo que hago», dice al respecto el músico, que asegura no haberse enterado de la humorística campaña que se inició en Change.org para impedir que volviera a la música.
Por cierto, seis años después de unas famosas declaraciones suyas en Madrid, Collins también asegura que aún no ha escuchado la música de Lady Gaga, así que sigue sin opinión sobre ella.
EFE