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«No es que sea malo por querer serlo, lo que pasa es que tengo que ser fuerte y duro con los cocineros», comenta el uruguayo Gustavo Maurelli, chef que tendrá la difícil misión de cumplir el rol del temido Gordon Ramsay en la versión chilena del exitoso programa estadounidense «Kitchen Nightmares», que verá la luz en marzo por las pantallas de Chilevisión.
La adaptación que lleva por nombre «Pesadilla en la cocina» y que pondrá en el tapete el funcionamiento real de restaurantes de distintas partes del país, es una coproducción de la señal privada con la productora española Boomerang, que está a la cabeza del director general de BCL Producciones, Andrés Canale y Consuelo Silva, productora ejecutiva del canal.
El proyecto, que corresponde a la tercera apuesta culinaria de nuestra industria televisiva, estará guiado por Maurelli, quien cuenta con una extensa trayectoria en el mundo de la cocina y será el encargado de brindar asesoría de todo tipo a diversos emprendimiento familiares que están viviendo una compleja situación.
En definitiva, será el responsable de salvar a los negocios de un inminente fracaso en el plazo de una semana y durante 12 capítulos, en una labor que él considera «muy interesante porque al público se le abrirá una ventana de lo que sucede detrás de una cocina y habrá espacio parar reír y quedar asombrado».
El chef, que cuenta con 25 años de experiencia, adelanta que lo veremos con un carácter fuerte, que está justificado porque según explica «no tengo todo el tiempo del mundo para ayudar a la gente. Es una terapia de shock y no todos lo toman de la misma manera». Además, agrega que «me enojo mucho cuando veo que no hay amor al momento de cocinar».
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En este sentido, asegura que en relación a su temperamento, «soy muy parecido a Ramsay, la diferencia es que él hace el programa en inglés y yo en español», destacando que «el formato no ha cambiado, los enojos son reales y muchas veces he recibido amenazas porque uno toca emociones y llega al límite de ellas».
«Me parece interesante porque creo que acá no estamos acostumbrados a decir las cosas de frente y a veces sentir las emociones resulta importante para que las personas se den cuenta que la están embarrando», y en esa misma línea puedan experimentar un cambio de actitud.
Pese a que hará el papel del malo de la película en la nueva apuesta de CHV, insiste en que «además de ser fuerte, tengo una parte muy humana», aclarando que «incluso en algunos capítulos me verán llorar porque a uno le afectan las cosas cuando te conectas e involucras con los problemas ajenos».
Por Lucía Díaz / PUB