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Ricardo Montaner enamoró de madrugada al público de la Quinta Vergara

El astro venezolano subió a cantar pasadas las dos y media de la noche y, pese a la hora y el frío, hizo rugir al Monstruo al son de sus grandes éxitos. ¿El resultado?, se despidió feliz, se llevó dos Gaviotas, y cerró a lo grande la primera noche de Viña 2016

 

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De madrugada, con un show plagado de éxitos, Ricardo Montaner demostró por qué es uno de los regalones del público del Festival de Viña del Mar; evento en que fue el encargado de poner broche de oro a una extensa jornada inaugural en la que también brillaron Marco Antonio Solís y el comediante nacional Edo Caroe.

El astro venezolano fue presentado por Rafael Araneda y Carolina de Moras pasadas las 2:30 am, una hora poco habitual para un artista acostumbrado a abrir las noches de Viña. De ahí que, medio en broma medio en serio, dos horas antes de comenzar su actuación se refiriera al tema del horario a través de Twitter.

«Antes del amanecer nos vemos en el Festival. Ojo… repartiremos desayuno», escribió en su cuenta oficial, en momentos en que Caroe se consagraba en la Quinta Vergara.

Tras las competencias internacional y folclórica llegó su turno de subir a escena y encantar a las fanáticas que, pese al frío, lo esperaban imperturbables. Pero justo cuando iba a iniciar su show, un problema de audio obligó a los animadores a tomar el micrófono, dar explicaciones de lo que estaba sucediendo, y rellenar con «saludos» hasta que los encargados de escenario dieron el «ok» y entonces comenzó la música.

«A dónde va el amor» y «Será» fueron los primeros clásicos en hacerse presentes, para luego dar paso a «El poder tu amor», tema que fue coreado desde la galería al palco.

«Mañana no hay trabajo, así que nos quedamos hasta el amanecer», declaró Ricardo Montaner y el público reaccionó con entusiasmo. Y cómo no, si habían esperado tanto para verlo.

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El espectáculo continuó con «Sólo con un beso», «El castillo azul» y «Resumiendo», canciones que entonó junto a un Monstruo totalmente rendido a sus pies.

Tras cerca de 40 minutos de presentación, Montaner trajo a la Quinta Vergara dos de sus éxitos bailables: «Soy feliz» y «Vamos pa’ la Conga».

«¿Cómo hago yo para bajarlos ahora?», se preguntaba, luego, el cantante, mientras sus músicos comenzaban a interpretar los primeros acordes de «Tan enamorados».

Después del romántico «Bésame», el público comenzó a pedir para él la primera Gaviota y el cantante, en respuesta, debió hacer una pausa en un show que hasta ese momento se había desarrollado sin interrumpciones.

«Para mí este ha sido un regreso esperado desde hace muchos festivales», dijo con emoción, justo cuando Araneda y De Moras volvían al escenario para cumplir con la solicitud popular y entregarle no una, sino que dos Gaviotas que dedicó «al pueblo de Venezuela que está sufriendo en estos momentos».

Aunque tenía repertorio para seguir cantando por horas, ya con los trofeos de Plata y Oro en mano Ricardo Montaner anunció que estaba próximo a terminar su show.

«Una canción y me voy, porque después me cortan la transmisión», señaló antes intentar despedirse con «Me va a extrañar»; intentar, porque pese a su primera intención el público no lo dejó partir tan fácil y, a gritos, solicitaron «otra». Y él no se pudo negar.

De vuelta en el escenario interpretó «En el último lugar del mundo» acompañado de visuales con paisajes de nuestro país e imágenes de pasadas actuaciones suyas en el Festival.

En la recta final, pasadas las 4 de la madrugada, «Déjame llorar» y «La cima del cielo» fueron las elegidas por Montaner para decir adiós, no sin antes repartir entre el público parte de las tollas bordadas con su nombre que a priori solicitó para su camarín. Un recuerdo material que, seguramente, para una veintena de fanáticas se transformó en una joya que resguardarán por mucho tiempo.

 

 

Por Karen Cordovez/PUN

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