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Ni Jadue ayudó: Ricardo Meruane sufrió con el rigor del “Monstruo” en el final de Viña 2016

El público le dio la opción de reivindicarse y lo trató con respeto hasta que las pifias no pudieron contenerse. El humorista dijo adiós con las manos vacías, aunque menos trasquilado que en su anterior presentación.

Tuvo su segunda oportunidad y no la supo aprovechar. Con una rutina deslucida, Ricardo Meruane hizo sufrir al público del Festival de Viña que los escucho con respeto lo más que pudo, hasta que él mismo hizo imposible que no aparecieran las pifias.

 

El espectáculo del humorista comenzó cerca de la medianoche. «Aplaudimos a los valiente», dijo Rafael Araneda al presentarlo, y entonces entró al escenario en medios de aplausos de apoyo. La gente quería que le fuera bien.

 

Meruane inició su rutina riéndose de sí mismo, de lo mal que le fue en su anterior paso por el Festival, y despertó tibias risas de un público que le quiso dar la opción de reivindicarse.

 

Apoyado de supuesto «carro de la colusión», hizo chistes de cosas cotidianas y a costa de personajes como Sergio Jadue, pero, digámoslo, la presentación tenía poco de graciosa.

 

Tras 20 minutos de actuación aparecieron las primeras pifias en platea, pero la galería las acalló con aplausos en una muestra de apoyo al artista nacional.

 

Cuando su espectáculo no parecía remontar, la galería comenzó a gritar «!Gaviota, Gaviota!» y «!De Oro, de Oro!» como para apurar el fin del show, en un momento que sacó más risas que la rutina misma. «Vine a ganármela», respondió él. Y es que se tenía fe el hombre.

 

La presentación continuó con chistes que nunca se entendieron y que ya no era capaz de terminar. «Gracias, no se molesten», decía cada vez que se escuchaban las pifias, en un intento por sacar al menos una sonrisa. Pero nada.

 

Tras media hora de show, parecía incomprensible que siguiera sobre el escenario. Ricardo Meruane trató de continuar, pero fue entonces que optó por despedirse y agradecer el respeto de la gente, que lo aplaudió con cariño pese a todo.

 

Rafael Araneda subió a saludarlo y le pidió que hiciera algo más sobre el escenario, pero el público grito «no» al unísono. «Si la gente no quiere, no», respondió él, y el Monstruo entonces empezó a pedir la Gaviota. «Vine a ganármela», repitió, para entonces retomar su rutina.

 

«!Juégatela!», le gritaban desde la platea. Sin embargo, cuando un guión humorístico está mal hecho, poco y nada se puede hacer.

Luego de poco más de 40 minutos, Meruane terminó por fin su show y con ello el sufrimiento de un público que quiso que le fuera bien, que le dio la oportunidad, pero al que nunca logró hace reír del todo.

 

Karen Cordovez.

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