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«La intención de la serie es reflejar a través de una familia chilena, de una manera cómica, lo que está pasando en la sociedad», cuenta a Publimetro Christian Maringer, director de la nueva apuesta de ficción de Televisión Nacional, que se estima vea la luz en abril para ser emitida de lunes a viernes en horario vespertino.
El proyecto responde a un formato de sitcom, cuyo nombre es «Once-Comida», y aborda lo cotidiano desde la mirada de un grupo familiar de clase media que enfrenta los conflictos clásicos del país. En este punto, el hombre cabecilla del programa aclara que «si bien su foco es el humor, no deja de lado la contingencia, que es lo que nos diferencia».
Esta comedia pretende ganarse un lugar en la pantalla chica con un elemento novedoso y un formato ágil. Se trata de la emisión en vivo, propuesta que no se ha desarrollado en Chile con una serie de televisión. En este sentido, Maringuer explica que la idea es «tener una conexión con el aquí y ahora, es tener la capacidad de reaccionar día a día a las cosas que van sucediendo, con el fin de lograr cercanía con el televidente».
Bajo este prisma, el equipo a cargo no trabaja con diálogos predeterminados, pues el mismo día de la emisión del capítulo, se establece una hilo conductor de los temas que se tocarán, para luego enfrentar a los actores con esta estructura, y recién ahí ellos terminan el guión.
Una familia moderna
Hace un año, Rodolfo (Patricio Torres) y Myriam (Katty Kowaleczko) se separaron, comenzando así una nueva vida. La mujer se quedó en la casa con sus hijos mellizos, Mateo (Diego Boggioni) y Daniela (Valentina Acuña), pero él tuvo que abandonar el hogar. Sin embargo, tiempo después echan del trabajo al padre de familia y éste decide jubilar anticipadamente.
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Por esta razón, la pareja vuelve a vivir bajo el mismo techo y debido a las circunstancias, los roles cambian completamente. Myriam se transforma en la sostenedora de la familia y le toma el gusto a ser independiente, mientras Rodolfo se queda a cargo de las labores domésticas.
Los hijos ficticios del matrimonio conformado por Kowaleczko y Torres, Mateo y Daniela, son muy diferentes entre sí, pero tienen una relación cómplice muy entretenida. Él es el típico joven «pastel» que ha repetido tres veces cuarto medio, y ella sacó la parte más estructurada y racional, que refleja en sus estudios de Ingeniería Electrónica.
Esa es la trama de «Once-Comida», donde el rol de Torres tiene una principal motivación: «volver a ganarme el amor de mi ex mujer y poder formar una familia como antes».
Ad portas del estreno Kowaleczko, en tanto, invita al público a ser parte de la serie ya que, según dice, «es una buena instancia para botar las tensiones y reírnos de nosotros mismos, lo que es un proceso de sanación importante», agregando que «estoy muy contenta de volver a hacer comedia».
Por Lucia Díaz/PUB