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Eminem reverdece los laureles del hip hop en el cierre de la primera jornada de Lollapalooza

El rapero, debutante en Chile, congregó a una multitud similar a la que en el turno anterior había reunido Jack Ü, el proyecto electrónico de Skrillex y Diplo. Tame Impala, Gepe y Halsey, son otros de los que marcaron el epílogo del sábado en Parque O’Higgins.

 

 

 

Es un género que está en la génesis de la historia entre Lollapalooza y Chile, cuando Kanye West (en su fase pre mesiánica y pre Kardashian) cerró la primera edición de este festival en 2011, dejando en claro que los números que se estaban tomando Norteamérica también podían encontrar cabida aquí.

 

Pero en las venideras cuatro versiones del festival, del hip hop no se supo mucho más, salvo uno que otro saludo a la bandera, a cargo de nombres emergentes o de vuelta. Por eso, lo de Eminem esta noche fue una verdadera revancha del género, tras lograr congregar a más de 30 mil personas en el VTR Stage, uno de los dos estelares del festival.

 

Se trató de un público entusiasta, dispuesto a compenetrarse con un repertorio voluminoso, gracias a la lógica de retazos que el rapero implementa. Así, la suma permite superar la treintena de temas, entre los cuales se anotan piezas de principios de siglo como «Kill you» y clásicos de su repertorio como «Without me», además de aventuras más recientes, como su versión de «The hills» (The Weeknd). Muchos de esos títulos apenas bordearon el minuto de duración.

 

De ese modo el norteamericano puso desde ya su nombre entre las cumbres de este festival, tal como en el turno anterior hicieran Jack Ü, la dupla de DJs formada por Diplo y Skrillex (quienes alternan las funciones de operador de perillas y maestro de ceremonias).

 

Ambos demostraron que la electrónica de masas (la llamada EDM) goza de una salud envidiable, sobre todo entre la audiencia más joven, que esta vez se volcó en forma de multitud a celebrar un set integrado por piezas como «Bangarang» (Skrillex), «Lean on» (de Major Lazer, el proyecto principal de Diplo) y hasta «La gasolina» (Daddy Yankee).

 

 

Psicodelia al atardecer

 

En tanto, en el turno anterior Tame impala presentó un show cargado de psicodelia, donde no solo repasaron sus mejores temas, si no que también presentaron en vivo las canciones de su último disco ‘Currents’ (2015).

 

Los australianos, encabezados por la aguda y excéntrica voz de Kevin Parker, le pusieron música al atardecer de Lollapalooza donde convocaron a una gran cantidad de gente. Desde el pasto hasta el escenario, la audiencia disfrutó de temas como «Mind Mischief», «The Moment», «It’s not meant to be» y las ya populares «Feels like we only go backwards» y «Elephant», estuvieron presentes en el setlist de la banda que acompañó con coloridos videos y luces una nueva presentación en tierra chilena.

 

«En Argentina se volvieron locos con esta canción, ¿Lo harán también en Chile?, preguntó Parker» antes de tocar ‘Elephant’ , desatando la euforia de una audiencia que saltó hasta la última canción con la banda de Australia.

 

En el escenario Acer, por otra parte, se presentó la emergente Halsey, quien a sus 21 años recordó la estampa de la más joven Pink, con cabellera bien recortada y una especie de bikini como único atuendo superior.

 

Con una lista acotada de temas (incluido el éxito «New Americana», promovido hasta el cansancio en Spotify), la cantante de todos modos ratificó su lugar como musa de las adolescentes, por lo que seguro seguiremos sabiendo de ella en el futuro inmediato.

 

Mientras los fuegos artificiales de Jack Ü hacía saltar a una enorme masa con sus mezclas, una porción mayoritariamente joven se inclinó por la música nacional. Gepe se instaló como el número principal de su escenario haciendo bailar al público principalmente al ritmo de los hits de su última placa ‘Estilo libre’ (2015), aunque no dejó de lado sus valorados primeros discos. Canciones como «Tkm», «Fruta y té» o «Un día ayer» hicieron cantar a la audiencia que prefirió el producto chileno, a las luces de los hiperactivos Dj’s.

 

Por otro lado, la masa adolescente que no engancha con las rimas de Eminem y que agotó la mayoría de sus energías en Jack

Ü, al finalizar su presentación corrió hacia el Movistar Arena para terminar la jornada del día sábado con Zedd.

 

El dj y productor ruso-aleman repletó las dependencias de la cúpula capitalina con las que hizo saltar con sus canciones a un público principalmente juvenil. A sus 26 años demostró que su temprana carrera lo ha hecho merecedor de cerrar la primera noche de este importante festival, logrando la euforia de quienes asistieron a su fiesta y por qué no, más de un suspiro de sus fans.

 

 

Por Sebastián Cerda y Macarena Carrasco/PUB

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