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Espectacularidad. Esa es la palabra que mejor describe el show que anoche presentó Ricky Martin en un repleto Movistar Arena, que vibró durante las cerca de dos horas que duró la actuación del puertorriqueño. El artista trajo por segunda vez en el año (recordemos que también estuvo a comienzos de 2016) su «One World Tour».
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Cuando el reloj marcaba las 21:12 horas y con «Mr. Put it down», Martin dio comienzo a un show cargado de energía, potencia y baile que hizo delirar a las 15 mil personas que no se cansaron de gritar al son de cada uno de sus movimientos de cadera.
«Santiago, ¿estás listo para la fiesta? Va a ser una noche muy especial porque es la primera fecha de la gira latinoamericana, y estoy feliz de que sea en Santiago. Ustedes van a ser mi amuleto de la buena suerte y, como siempre, lo único que pido es que lo pasen bien y se olviden de todo», dijo en su primer contacto con el público chileno, mayoritariamente femenino, que cayó rendido a sus pies, tal como ha sido la tónica durante sus más de dos décadas visitando el país.
«This is good», «Shake your bon bon» y «Adrenalina» encendieron la fiesta durante la primera parte del concierto, justo antes de que «Tal vez» pusiera la primera cuota de romanticismo a la jornada.
Tras una breve pausa, Martin volvió a escena (con nueva ropa) al son de «Livin’ la vida loca», uno de sus ya clásicos bailables, que fue secundado por «It’s all right» y «She bangs». A esas alturas, el Movistar Arena a ratos desbordaba histeria.
Luego de otro breve intermedio, marcado por la proyección de un video en contra de la explotación infantil, las baladas que lo lanzaron al estrellato y las que hoy lideran los rankings se tomaron el espectáculo, desarrollado en un escenario dotado con diez pantallas gigantes que potenciaban los efectos visuales de la actuación.
«Asignatura pendiente» fue la primera en sonar y, con ello, poner «play» a un masivo karaoke que estalló con «Disparo al corazón» y «Tu recuerdo».
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Cuando el público estaba literalmente en éxtasis, a través de un megamix llegó el turno de las clásicos románticos. «Y todo queda en nada»y «Fuego de noche, nieve de día» fueron cantadas casi a dúo por Ricky Martin y sus fans.
«Vuelve», el tema que Franco de Vita compuso para él en 1998 y que dio nombre a su cuarto álbum de estudio, cerró el tercer bloque poco antes de las 22:30 horas.
En la recta final del concierto, «Adiós», «Vente p’a acá» (su último éxito, grabado junto a Maluma), «María», «La bomba» y «La copa de la vida» trajeron de vuelta el baile y, por ende, los sensuales movimientos del boricua, que sabe de sobra cómo encantar a su gente.
«La mordidita» fue el tema elegido para cerrar el show, que se repetirá esta noche y mañana jueves, antes de continuar con el tour por el resto del continente.
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Karen Cordovez