El pasado 6 de mayo, la policía de Londres recibió un llamado y pronto estaban en el departamento de Zena Edwards en Palace Avenue.
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Al entrar al lugar, las agentes se encontraron con la joven de 18 años durmiendo en el dormitorio y con una herida de arma blanca en la espalda.
Cuando la despertaron, Zena estaba en evidente estado de ebriedad y trató de agredir a las uniformadas cuando le intentaban dar un vaso de agua, indica el Daily Post.
Tras ello, y mientras trataban de ponerle las esposas, la joven las escupió a ambas en la cara y las amenazó con golpearlas.
Luego de pasar por la estación de policía, la joven fue llevada al hospital para tratar la herida, y ahí rechazó la atención del doctor porque este era negro.
“No puedes limpiarlo, estás sucio”, le dijo la joven ante la mirada estupefacta de otros pacientes en la sala de urgencias.
En el juicio, el abogado de Zena señaló que la joven había ido a una fiesta y que de “alguna forma” había terminado apuñalada, pero que nadie sabe cómo ocurrieron los hechos.
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Además, aseguró que “no es racista”, pero eligió mal las palabras para referirse al doctor, por lo que pidió disculpas.
La joven fue sancionada con 12 meses de trabajo comunitario, además del pago de 700 libras para cancelar las costas del juicio e “indemnizar” al médico y a las dos policías agredidas.