Cuando los servicios de emergencia llegaron a la casa de Pearl Sinthia Fernández y su novio Isauro Aguirre en el año 2013 casi no podían creer lo que estaban viendo.
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Un menor de 8 años estaba inconsciente y con fracturas en el cráneo y las costillas, además de otra serie de lesiones. El pequeño Gabriel murió dos días después en un hospital de Los Angeles, señala El Mundo.
La historia detrás de la muerte del menor era simplemente brutal, ya que el niño era constantemente torturado por Aguirre y su madre sabía de los abusos de su novio y no hacía nada para evitarlos.
El sujeto pensaba que el pequeño era homosexual y por eso lo torturaba. Aguirre lo obligaba a comer heces de gato y lo hacía dormir en un pequeño armario amordazado y atado.
Aguirre también lo golpeó en repetidas ocasiones, le disparaba con un rifle de aire comprimido, lo castigaba si jugaba con muñecas y en algunas ocasiones lo obligó a ir con ropa de niña a la escuela, asegura el USA Today.
Tras conocerse todos los horrendos hechos y luego de un largo juicio, un juez de Los Angeles condenó a muerte a Aguirre y a cadena perpetua a Pearl Sinthia Fernández.
Cuando leía la sentencia, el magistrado George Lomeli le dijo a la pareja que esperaba que despertaran a medianoche, que pensaran en lo que le hicieron a Gabriel y que deseaba que eso los torturara.
«No hace falta decir que la conducta fue horrenda e inhumana, más que malvadas”, puntualizó el juez, que agregó que la lo que hizo la pareja “está más allá de lo animal, porque los animales saben como cuidar a sus crías”.