Brendan Ritson fue de vacaciones con su pareja a navegar por once días en las paradisíacas playas de Fiji en un crucero de lujo. Sin embargo, lo que sería un viaje de placer terminó en un ruidoso infierno por culpa de sus vecinas.
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Según informa el Sidney Morning Herald, en la primera jornada a bordo de la nave encontraron una fuga en su pieza, por lo que avisaron a los tripulantes. Debido a que efectivamente había un problema, los derivaron en compensación a un dormitorio más exclusivo.
Sin embargo, allí la pareja se encontró con otro problema: en la habitación de al lado había una madre y su hija, las cuales roncaban fuertemente durante las noches. Además, aseguraron que «hablaban en voz alta, discutían y usaban un lenguaje ofensivo».
Ante esto, volvieron a dar aviso a las autoridades del crucero, quienes ofrecieron nuevamente una alternativa: cambiarlos a otra pieza.
Esto fue rechazado por la pareja, ya que la habitación era bastante más pequeña, acusando que eran «degradados». Eso sí, hay que consignar que esta era del mismo tamaño de lo que era su dormitorio original.
Por lo mismo, presentaron una demanda contra la empresa acusando que sus vacaciones fueron «arruinadas» por los ronquidos principalmente, afirmando que no pudieron dormir bien ninguna noche. De esta forma, pedían el reembolso de su dinero y una compensación extra.
Esto fue rechazado por la justicia, por lo que apelaron pidiendo en esta ocasión solamente que le hicieran una devolución de los pasajes. Sin embargo, la justicia nuevamente descartó un pago, indicando que si bien se reconoce que el ruido pudo «perturbar» el viaje, el ofrecimiento de una nueva pieza por parte del crucero era la mejor solución y que la negativa de la pareja era «irrazonable».
