Según la policía de Greenville, en Estados Unidos, el tatuaje en la frente de Michael Vines, decía por todos lados crimen, así que decidieron detenerlo y procesarlo por porte ilegal de armas.
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El sujeto había estado involucrado en un accidente automovilístico y según los paramédicos que lo atendieron y de acuerdo con el reporte que entregaron a la policía, el sujeto había arrojado un arma lejos de la escena.
El hombre -quien tiene prohibido federalmente poseer un arma- al parecer manejaba bajo los efectos de los estupefacientes al momento del accidente.
Pese a la alerta de bomberos por la presencia del arma, los uniformados no la encontraron aunque consideraron que el tatuaje en la frente era prueba suficiente y a los cargos de conducir con licencia suspendida y en exceso de velocidad agregaron posesión de un arma de fuego.
Ante la polémica que generó el caso, la policía de Greenville aseguró que “la verdadera arma se colocó en propiedad y evidencia”, aunque no la han mostrado públicamente para confirmar la versión de que el detenido trató de deshacerse de ella al momento del accidente.