Norberto era uno más de los millones de perros sin hogar que existen en el Mundo. Su historia comenzó en Argentina y cambió mientras vagaba por las calles de Tucumán, donde fue rescatado por los trabajadores de la clínica veterinaria a clínica veterinaria «Lola Polola’».
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Sin embargo, pese a que todo empezaba a mejorar para el can, los médicos descubrieron que tenía cáncer y debía iniciar rápidamente un tratamiento de quimioterapia para mejorar.
Norberto tenía una infección en el cuello por la que fue tratado -además de ser castrado- pero en los exámenes posteriores descubrieron un tumor venéreo transmisible (TVT). Es decir, un tipo de cáncer que se manifiesta en el área genital.
Por este motivo, y con la necesidad de recaudar dinero para el tratamiento, los dueños de la veterinaria pusieron a Norberto a trabajar. Lo instalaron a cuidar la tienda de ropa y le colgaron un letrero en su cuello «vendo busitos para pagar mis quimios».
“Debemos obtener los remedios oncológicos, que son muy difíciles de conseguir en las farmacias, porque ponen muy pocos a la venta”, explicó Noelia Tacacho, dueña del recinto, al portal argentino Contexto Tucumán.
La imagen de Norberto también ofreciendo sus productos también fue compartida en el Facebook de la clínica, donde llenó los ojos de lágrimas de miles de personas, que además de enviar su apoyo a los trabajadores se ofrecieron a enviar su aporte en dinero para que el can finalmente reciba su tratamiento.