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Crean la primera robot sexual que rechaza tener relaciones, que sufre “dolor de cabeza” y que se apaga si no se siente atraída por su dueño

Samantha es la muñeca “más realista” según su creador y tiene la capacidad de ser “extra traviesa”, pero a la vez de sostener largas conversaciones filosóficas.

El mercado de las muñecas y robots sexuales es cada vez más grande en el mundo, siendo especialmente los países asiáticos quienes lideran lo que es la creación de este tipo de productos.

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Sin embargo, el español Sergi Santos decidió que él también quería ser parte de este boom y dio vida a Samantha, una androide que es bastante particular y diferente en comparación a su competencia, de acuerdo al ingeniero hispano.

En ese sentido, no quería que fuera simplemente un objeto sexual para quienes la compren, sino que tomó en cuenta todo el movimiento feminista, asegurando que será la primera robot de este tipo que ella decidirá si quiere o no tener relaciones.

Según informa Infobae, Samantha debe sentirse «seducida» para querer intimar. Y si no ocurre eso y ella no da el visto bueno, rechazara a su pareja indicando que sufre «dolor de cabeza». Y si le siguen insistiendo, simplemente se apagará.

¿Y cómo decidirá el androide? De acuerdo a Santos, con la ayuda de su esposa diseño un estricto «código moral» para la robot, la cual hará por ejemplo que no funcione más si se siente maltratada.

Asimismo, cuenta con más de mil chistes en su memoria para poder hacer reír a su pareja, y es capaz de discutir de temas filosóficos, religiosos y científicos. Tanto que según su creador, hará que todos queden impactados por ella. Incluso el propio hispano señaló que se «enamoró» un poco de la muñeca.

Además, la microcomputadora que tiene Samantha incorporada hará que recuerde hechos del pasado que vivió con su acompañante, lo cual le servirá para mejorar sus relaciones con quienes la compren.

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Por último, se indicó que la robot tendrá un tamaño similar al de la mujer promedio, reaccionará tanto a la voz como al tacto, tiene sensores en sus manos, piernas, cuello, cara, pechos y genitales. Su valor eso sí es elevado pues alcanza los 4.800 dólares, es decir poco más de 3 millones de pesos.

 

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