Una mujer dueña de un jardín infantil en Minneapolis pudo evitar la cárcel luego de que un juez la condenara a 10 años de libertad condicional por intentar matar a un bebé de 16 meses y dejar heridas de gravedad a otras dos personas mientras escapaba de la escena del crimen.
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Nataliia Karia se declaró culpable de los cargos que se le imputaban, sin embargo el juez determinó que se habían producido una serie de sucesos que son casi imposible que se repitan, por lo que calificó la situación como una “tormenta perfecta”.
El caso se remonta a noviembre de 2016, cuando un papá que llegó a dejar a su hijo hasta la casa de Karia, y encontró a un pequeño de 16 meses colgado por el cuello en el sótano. El hombre llegó justo a tiempo para salvar al menor, el que sobrevivió sin secuelas al brutal acto, señala Star Tribune.
Al escapar, la mujer de 43 años atropelló a un peatón, chocó con otro vehículo y luego golpeó a un ciclista antes de llegar hasta un puente, lugar donde amenazó con lanzarse antes de ser detenida por la policía.
En un principio, la defensa de Karia había pensado en alegar demencia, sin embargo luego desistieron de la idea y finalmente terminó por declararse culpable.
La mujer había pasado 20 meses en prisión mientras se realizaba el juicio y al parecer eso fue suficiente para el juez, ya que cree que ella tiene un «bajo riesgo de reincidencia». La condenó a 10 años de libertad condicional (la fiscalía pedía 13 años de prisión efectiva), deberá estar al menos dos meses con una tobillera electrónica en su casa y deberá someterse a un tratamiento mental.
Además, el magistrado determinó que no podrá volver a trabajar con niños y que “no puede tener contacto sin supervisión con sus hijas” de 2, 7 y 10 años.
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Durante la lectura de la sentencia, donde se le pudo ver varias veces llorando, Karia trató de explicar el momento emocional que estaba viviendo y que la habría llevado a tratar de cometer el crimen.
La mujer dijo que desde que habían llegado a EEUU desde Ucrania el 2006, su esposo había abusado sistemáticamente de ella y sus hijas, que la golpeaba y la había amenazado con matarla, además de “obligarla a trabajar pese a sus problemas sicológicos“, los cuales no podía tratar porque el sujeto le negaba la atención médica. Además, dijo que la había golpeado en el estómago cuando se enteró que su tercer hijo iba a ser nuevamente una niña, y que la había agredido porque no le había dado un varón.
Karia dijo que daba gracias a Dios porque el pequeño no había muerto y señaló que iba a cumplir lo que había dictaminado el juez.