La tradición católica conmemora cada semana santa por un lado la salida del pueblo de Israel de Egipto, y por el otro la pasión y muerte de Jesús. Y es este último hito el que se ha puesto en duda desde todos lados, sobre todo la parte en que, luego de ser crucificado, el mesías cristiano es envuelto en un manto para cubrir su herido cuerpo.
PUBLICIDAD
Así es como el “Manto de Turín” o “Manto Sagrado” ha dado la vuelta al mundo, pasando en la antigüedad a ser un objeto por el que se libraban batallas, y que se creía tenía poderes milagrosos.
Hoy, más de mil años después, supuestamente el manto original se encuentra en la catedral de Turín, al norte de Italia, desde donde fue sacado para que forenses de la universidad John Moores de Liverpool, y de la universidad italiana de Pavía, lo investigaran.
El proceso
Primero que nada los especialistas, el antropólogo Matteo Borrini y el químico Luigi Garlachelli realizaron técnicas forenses para analizar si la figura dejada en la tela corresponderían a las que deja un cuerpo después de ser crucificado.
El estudio no se basó en el tipo de sustancia que se podría extraer del manto, sino de las formas y concordancias que estas deberían tener para que fueran reales.
Para comprobar el posicionamiento correcto de las marcas, usaron tanto sangre real como sintética, que dejaron correr a través de un catéter.
También experimentaron con un maniquí para probar pesos y medidas.
PUBLICIDAD
Resultados
Las conclusiones del estudio publicado en el Journal of Forensic Science son lapidarios: un artista habría creado las ilustraciones tratando de asemejarlas a las manchas dejadas por un cuerpo humano.
A juicio de los expertos, estos resultados, llevan a la conclusión de que el sudario es un producto artístico «en línea con los análisis ya existentes, como la datación por radiocarbono, según la cual el sudario es un producto artístico medieval.
sin embargo no todo es tan negro para el sudario, ya que algunas del pecho son consistentes con «un sujeto de pie con los brazos en un ángulo de unos 45 grados”.
Respuesta de El Vaticano
Con el portal Vatican News habló la sindóloga (científica especializada en el manto de Turín) Emanuela Marinelli consideró que el estudio “no tiene nada de científico” y carece de rigor.
Su argumento se basó en que la sangre empleada en el estudio no correspondería a la equivalente a un cuerpo deshidratado y con sangre coagulada por las torturas.