Imaginen la sorpresa de entrar al living de la casa y tras uno de los sillones unos ojos te miren, entre amenazantes y asustados. Eso fue lo que le pasó a Lauren Taylor, quien usó Facebook para contar su extremo y tierno encuentro con un puma.
PUBLICIDAD
El felino se metió a la casa de la mujer el pasado 11 de julio, pero antes de llamar a alguna institución de protección animal, Taylor optó por comunicarse con el puma utilizando habilidades telepáticas.
«Quiero asegurarme de que la gente reciba la importante lección acerca de la frecuencia y la sintonía. Los gatos son extremadamente psíquicos y perspicaces de la energía y este león de montaña podría haber sido peligroso en un campo de energía de miedo o ira», relató en su cuenta en la red social.
La mujer explicó que decidió usar la técnica de “los ojos del felino parpadeando” para controlar al animal. Según relató la alternativa le funcionó perfectamente, pues el felino se quedó dormido y al despertar sabía qué hacer para abandonar el lugar.
Hasta ahora los videos del felino disfrutando en su casa, suman más de 14 mil reproducciones.
Conexión telepática
Taylor explicó que lo que logró con el felino fue prácticamente mágico. «Cuando estaba callada fui a ver a través de la ventana lo que estaba haciendo. Ella estaba durmiendo! Cuando hice ruido, se despertó y se veía asustada, así que conscientemente levanté mi frecuencia, miré amorosamente a sus ojos, y me comunique usando el ojo de felino parpadeando con calma. Fue increíble darse cuenta de que esto funcionó. Yo miraba amorosamente y luego parpadeó fuerte y luego lo hizo de vuelta! Entonces, se volvió a dormir», detalló.
«Claramente se sentía segura y no mostró inclinación a irse. Cuando se despertó otra vez, volví a conectar con una mirada cariñosa y me comunicó la confianza a través del parpadeo».
PUBLICIDAD
Para que el felino se fuera con seguridad de que no dañara a nadie, la mujer sólo le envió «fotos telepáticas de las rutas fuera de la casa a través de puertas abiertas y la ruta por el patio trasero, cruzando el arroyo, a través de un campo abierto, y de vuelta a las colinas, para que ella dejara su lugar detrás del sofá sin entrar en pánico».
«Llamamos al apoyo de los ancestros nativos y empezamos a tocar. Ella despertó y sabía qué hacer…. salir a través de las puertas abiertas, a través del patio, cruzando el arroyo, y a través del campo vacío detrás de nosotros exactamente como le habíamos mostrado», explicó.