¿Cuál es la mejor forma de ayudar a una persona en situación de discapacidad?
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Atención a personas con discapacidad de origen motor o físico:
- Pregunte a la persona si necesita ayuda y cómo ayudarlo, especialmente si hay problemas de accesibilidad en el lugar. En el caso que la respuesta sea afirmativa, es la persona con discapacidad quien indica cómo poder ayudarla.
- Cuando converse con una persona que está en silla de ruedas, siéntese frente o al lado de ella, o bien, inclínese para quedar a un mismo nivel, ya que esto facilitará el diálogo y la comunicación.
- No mueva la silla de ruedas de una persona, ni tome del brazo a alguien que camina con dificultad. Primero pregunte si necesita su ayuda.
Atención a personas con discapacidad auditiva:
- Diríjase a la persona cara a cara, ella necesita ver sus labios para complementar la información que usted le está diciendo.
- La persona sorda puede sentirse aislada entre oyentes, por lo tanto, asegúrese que está siguiendo la conversación, o bien explíquele de qué se está hablando en forma clara y modulada.
- Verifique si la persona puede leer, esto puede facilitar la entrega de información.
- La lengua de señas tiene su propia sintaxis y corporabilidad, atrévase a integrar el cuerpo en la comunicación verbal.
Atención a personas con discapacidad visual:
- Identifíquese con la persona para que ella sepa con quién se encuentra.
- Diríjase directamente a la persona con discapacidad de origen visual para saber lo que necesita y no al acompañante.
- Para saludar a la persona ciega o de baja visión usted puede tomar su mano o tocar su brazo como señal de saludo.
- Comuníquele a la persona qué está haciendo o qué va a hacer, por ejemplo: “un momento, estoy llamando al encargado, voy a sacar una copia, vuelvo en un momento”.
- No agarre directamente a una persona con discapacidad visual para guiara. Pregunte primero si necesita ayuda, si la respuesta es afirmativa, la persona lo tomará a usted.
¿Cómo ayudar a una persona en situación de discapacidad en el trabajo?
Con la ley de Inclusión Laboral que establece la participación mínima de 1% de personas en situación de discapacidad, muchas empresas que no contaban entre sus empleados personas con discapacidad, van a tener que adecuar rápidamente sus procesos para que sean inclusivos. Esto implica una serie de desafíos para la organización, los equipos de trabajos y las jefaturas.
Según Leire Cosgaya, gerente de transformación cultural de Grupo Cygnus, son cuatro los puntos principales para estar preparados como empresa:
- Concientizar al equipo de trabajo: a veces existen resistencias en equipos de trabajo relacionadas con mitos y prejuicios en torno a la discapacidad, como creer que son más lentos, que se enferman más que el resto y, por consiguiente, son más ineficientes. La inclusión debe ir acompañada por procesos de reflexión que promuevan el cambio de creencias, como charlas de reeducación y sensibilización al grupo humano que va a compartir con el nuevo trabajador.
- Evitar el asistencialismo: algunos trabajadores tienden a ayudar a la persona con discapacidad en la labor que debe realizar. Según la experta, esto es un error, pues la ayuda se debe dar cuando la persona con discapacidad lo solicite. La comunicación paternalista se debe reemplazar por una profesional.
- Adecuación del puesto de trabajo: la discapacidad no es una limitante, pero el entorno muchas veces sí lo es. Por esto, se debe entregar a la persona en situación de discapacidad el equipamiento adecuado para que desempeñe su trabajo en óptimas condiciones y de manera segura.
- Capacitación específica: dependiendo de la discapacidad, se requiere adaptar el proceso de entrenamiento al puesto de trabajo. En el caso de discapacidad intelectual, por ejemplo, se puede apoyar la capacitación con dibujos o imágenes que le faciliten la memorización de productos y sirvan como herramienta de consulta en caso de duda.