Jeremy Pixton debió tener otro nombre y otro apellido. Apenas nació, hace 41 años atrás en el Hospital San Borja de Santiago, vivió en un engaño. Un abogado y miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se habrían coludido en 1976 para que ese bebé terminara en manos de una pareja estadounidense de la misma religión en Utah.
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En tanto, Blanca Gallardo se enteró esa misma jornada que su pequeño hijo nació muerto, creencia que tuvo toda su vida en su modesta casa en el sector rural de Pupelde Bajo en Chiloé.
Sin embargo, hace unos días atrás supo la verdad: su hijo en verdad estaba vivo, residía en Estados Unidos y viajaba con destino a nuestro país para conocerla. Y este miércoles se dieron un largo, llorado y emotivo abrazo.
«Esto comienza cuando él se registra en nuestra página www.nosbuscamos.org como adoptado buscando su familia biológica, porque él sabía que era adoptado y era chileno, y la fecha de nacimiento y el hospital», señaló al respecto la directora de la mencionada ONG Constanza del Río.
«Solicitamos las actas y certificados de nacimiento originales y en el certificado no aparecía nada, pero en el acta de parto sí aparecía el nombre completo de la madre y la empezamos a buscar vía rutificador, internet y así descubrimos que vivía en Ancud», agregó según consigna SoyChile.
Tras las gestiones de la ONG, dieron con la dirección de la madre y ahí Blanca se enteró de la verdad. Fue consultada si ella dio al bebé en adopción y respondió que no, llegando posteriormente a la teoría expresada en el primer párrafo.
En tanto, Jeremy pidió un examen de ADN para confirmar que ella era su madre y todo salió positivo, por lo que ayer a las 18:00 horas se vieron las caras por primera vez, algo que debió haber ocurrido hace 41 años y 10 meses atrás.
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