La noticia saltó a la luz a inicios de año. En enero, el consorcio internacional chino-chileno TVS le presentó a la en ese entonces Presidenta Michelle Bachelet el proyecto de un tren bala que uniera las ciudades de Santiago y Valparaíso en 39 minutos.
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El trazado de este ferrocarril rápido consiste en 127 kilómetros y la tarifa del servicio sería de $5 mil, algo que al nuevo Gobierno también le atrae.
«Nos interesa fortalecer las opciones de los usuarios para elegir tanto en los sistemas de transporte de pasajeros como carga, de esta manera acceder a servicios competitivos en los ámbitos de conectividad terrestre, marítima y aérea. Bajo ese supuesto, proyectos de conectividad ferroviaria entre ambas regiones resultan de gran interés», sostuvo la ministra de Transportes Gloria Hutt a El Mercurio en mayo.
Sin embargo, mientras la iniciativa se sigue estudiando y analizando, nosotros seguimos sin tener un tren bala y otro país podría ganarnos en la carrera de inaugurar su primer servicio de este tipo.
Esto porque Kim Jong-un también sueña con tener un ferrocarril de este tipo, algo que lo ha obsesionado durante años y que ahora podría estar cerca de lograr concretar.
Según Reuters, el líder supremo pidió a sus funcionarios que busquen alianzas con empresas surcoreanas y francesas para cambiar algunos de los viejos trazados de trenes que hay en el país y reemplazarlas por un servicio de este tipo.
Pese a que se indica a la operadora nacional francesa de ferrocarriles SNCF como una de las firmas en las que Kim les tendría puesto los ojos, desde la empresa descartan la posibilidad debido a las sanciones que pesan sobre la nación asiática.
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Aunque la negativa que surge por ahora desde suelo galo, no entierra los deseos de Pyongyang. Esto debido a que en Seúl no ven con malos ojos que sus vecinos tengan un tren bala.
«En el pasado, el proyecto ferroviario intercoreano simplemente conectaba líneas desconectadas, pero ahora se trata de […] crear valor económico», sostuvo el miembro del comité presidencial surcoreano sobre cooperación económica con Corea del Norte Ahn Byung-min.
Eso sí, el mismo funcionario le pone freno, indicando que «de manera realista, solo aparecerá más adelante en la agenda porque implica mucho dinero». En ese aspecto, estiman que una obra de esta índole tendría un valor de 20 mil millones de dólares.
Esto sin embargo no detiene a Kim, quien alabó los trenes balas surcoreanos cuando se reunió con autoridades de dicho país, ya que busca además que aumente el flujo de turistas a su nación, en el marco de la apertura que ha comenzado a tener Pyongyang y que ha permitido incluso la histórica cita entre él y Donald Trump.
Así que por el momento seguirá quedando la duda de qué país tendrá primero su ferrocarril rápido: Chile o Corea del Norte.