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¿Bajar de peso sin dejar de comer?: siguió una dieta de comida chatarra y logró pasar de obeso a tener “abdominales de acero”

Anthony Brown bajó 83 kilos sin dejar de comer pizzas, hamburguesas y frituras.

(Milan Stojanovic/Getty Images)

Había sido obeso por al menos 13 años y su peso corporal ya superaba los 170 kilos cuando el diagnóstico que recibió su hermana por una diabetes, lo hicieron tomar conciencia de que tenía un grave problema y debía cambiar para mejorar su salud.

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Así fue como Anthony Brown, un hombre de 34 años de California, decidió un giro a su vida y comenzó a mejorar su estado físico a punta de ejercicio y comida chatarra.

La transformación del joven ha sido impresionante y gracias a su nueva dieta ha logrado perder a menos la mitad del peso corporal que antes cargaba, pasando de ser un obeso a ostentar sus “abdominales de acero”.

La dieta

El primer mes, Brown aplicó una dieta de «limpieza» y eliminó de su alimentación todas las comidas que consideraba dañinas. Así fue como dejó de comer todo lo que amaba y lo reemplazo por vegetales, avena y pechuga de pollo asada.

Sin embargo, no estaba feliz y decidió que seguiría una «dieta de comida chatarra» y decidió volver a sus queridas hamburguesas, pizzas y frituras.

De esta manera, estableció un máximo de 2 mil calorías al día, y no más de una hora de gimnasio diarios.

La comida chatarra mantuvo su lugar, aunque con porciones reducidas en su dieta, para lograr incluirlas en su consumo calórico.

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Ahora, y luego de perder al menos 83 kilos, Brown ayuda a otros hombres a lograr su peso ideal con su régimen alimentario y de ejercicios.

No más atracones

Según contó Brown al diario inglés Daily Mail, decidió cambiar su dieta detox cuando comenzó a extrañar la comida chatarra, elevando al máximo sus niveles de ansiedad.

«Tuve una dieta limpia durante un mes y ya estaba teniendo ganas de atracones. Fue entonces cuando dejé la dieta saludable y me di cuenta de que si comía porciones normales de mis comidas favoritas, no tendría esos deseos», contó.

«Mi peso disminuía cada semana y todavía podía comer tantas comidas deliciosas. Fue increíble», reveló Brown. 

«Algunas personas necesitan 2.000 calorías para mantener su peso, pero ya que pesaba tanto, comer 2.000 calorías significaba perder 900 gramos  por semana».

«Básicamente comencé a entrenar para asegurarme de no quedarme atrapado con exceso de piel. Sin embargo, no pasé mucho tiempo en el gimnasio y todavía no lo hago. Simplemente no es el tipo de persona que soy», concluyó.

Mira las fotos de la transformación aquí. 

 

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