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¿Es el termostato otra herramienta de dominación patriarcal?. La pregunta puede sonar extraña o hasta insignificante, pero en realidad se trata de un profundo debate que está siendo relevante en la carrera por la gobernación de Nueva York.
De acuerdo a un artículo del diario El País, la discusión acerca de si es machista el abuso del aire acondicionado, fue parte de uno de los encontrones que han sostenido el actual gobernador y postulante a ser el candidato demócrata, Andrew M. Cuomo y quien quiere arrebatarle dicho rol, la actriz Cynthia Nixon.
La recordada Miranda de «Sex and the City» iba a sostener un debate televisado en el canal CBS con Cuomo, pero antes de esto envió una solicitud a la estación: fijar la temperatura del set en 24,4 grados.
«La refrigeración de los espacios cerrados es notoriamente sexista», indicó mediante un mail un miembro del equipo de Nixon a la televisora, ya que el otro candidato quiere que los recintos en donde desarrolla sus actividades estén helados.
“Nunca me he sentido más involucrada en un debate político. El 49% de los americanos está controlando el 100% de los termostatos de oficina”, escribió la ensayista estadounidense Kerry Howley en su cuenta de Twitter tras enterarse de la petición de la actriz.
¿De dónde viene la polémica?
La solicitud de Nixon destapó un tema que no ha sido tan abarcado, pero que si lleva un tiempo dando vueltas en el mundo científico: la diferencia que existe entre los hombres y las mujeres en lo que cada uno considerada la temperatura ideal.
De acuerdo a un estudio publicado por Nature Climate Change, generalmente los aires acondicionados están establecidos para el confort de un hombre de 40 años y 70 kilos, considerando que estos en su mayoría están con chaqueta y corbata en sus lugares de trabajo.
Sin embargo, debido a las diferencias metabólicas entre ambos sexos, el organismo de la mujer precisa de una temperatura de tres grados superior que el hombre, ya que ellas sienten más frío, hecho que es finalmente ignorado ya que prevalece el deseo masculino en cuánto a la temperatura que hay en las oficinas.
Por lo mismo, el medio se pregunta si finalmente «¿Es el termostato otra herramienta (más) de dominación patriarcal?».
En ese punto la coordinadora de medio ambiente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, Isabel Urrutia, le da la razón a Nixon y establece cuál cree que sería la temperatura ideal que debería haber en un lugar de trabajo.
«Está estudiado que la temperatura más amable con el organismo humano, desde el punto de vista de la salud, es la que oscila entre los 22 y los 24 ºC», remata la experta.
