De acuerdo al segundo boletín trimestral de gonorrea del Departamento de Epidemiología, el Ministerio de Salud ha registrado un aumento del 13% de los casos de esta enfermedad en nuestro país entre enero y el 30 de junio de este año, en comparación al mismo período del 2017.
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Al respecto, existe una tasa de 8,4 infectados por cada 100 mil habitantes, concentrándose el 89% de los casos entre los 15 los 39 años. En dicho grupo, la mayor cantidad se da entre los 20 a 24 años, luego entre los 15 a los 18 y finalmente entre los 25 a 29. Después de los 30 años por su parte, los casos comienzan a disminuir, mientras que un 1,4% del total se da antes de los 15 años.
Por su parte, las mayores tasas de incidencia se registraron en la Región de Tarapacá, la cual superó 2,4 veces la tasa nacional. Le siguen Antofagasta y Los Lagos con 2,1 veces. Las menores en tanto se dan en O’Higgins y Valparaíso, con un 1,9 y un 2,1 casos.
¿Qué es la gonorrea?
Según la División de Prevención y Control de Enfermedades del Minsal, la gonorrea es «una infección de transmisión sexual y se presenta cuando se ha adquirido la bacteria llamada Neisseria gonorrhoeae».
En ese punto, destaca que «afecta a hombres y mujeres» y que si no se recibe tratamiento, «puede ocasionar esterilidad».
Además, se indica que «es responsable de muchos problemas ginecológicos como dolores en el bajo vientre, y procesos inflamatorios pélvicos».
En tanto, se señala que la gonorrea se transmite «a través de las relaciones sexuales sin preservativo con una persona con gonorrea. También se puede transmitir de la embarazada con gonorrea al niño o niña durante el parto».
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Sus síntomas
En los hombres, se manifiesta con salida de pus por el ano o el pene. Provoca también ardor o dolor al orinar, y en ocasiones puede presentar pus en la garganta.
En tanto, las mujeres se muestra en la etapa avanzada de la enfermedad, ocasionando dolor al orinar, en las menstruaciones y en el bajo vientre.
¿Cómo se previene?
El Minsal indica que se previene «con el uso del preservativo o condón en todas las relaciones sexuales». Mientras que para prevenir la transmisión durante el parto, existe una norma para aplicar gotas antibióticas en los ojos al bebé tras haber dado a luz.
Por último, su tratamiento es base a antibióticos elimina la enfermedad. Eso sí, se recalca que «no previene que la persona vuelva a adquirirla. Por este motivo, el tratamiento debe recibirlo la persona enferma y todas sus parejas o contacto sexuales».
