Su familia no lo podía creer, lo miraban con asombro e incredulidad y muchos seguramente creyeron ver un fantasma cuando regresó a su aldea.
PUBLICIDAD
Somsak Somying había dejado su hogar en Sangkha, un distrito en la parte sur de la provincia de Surin al noreste de Tailandia, hace 19 años y nunca más habían sabido de su paradero.
Incluso, hace dos años habían realizado un funeral simbólico pensando que estaba muerto.
Cuando tenía 31 años, y junto a un amigo, Somsak dejó su casa para ir a trabajar en una construcción en Bangkok, pero al poco tiempo su compañero se fue buscando nuevos horizontes.
El hombre, que no sabe leer ni escribir y que tampoco tenía dinero, no pudo regresar a casa y se pasó de empleo en empleo en la construcción hasta el año 2015, indica Bangkok Post.
Somsak llegó hasta Phuket y conoció a una persona que le ofreció un trabajo “bien pagado” en la pesca de arrastre.
Este “resultó ser una pesadilla”, ya que le quitaron sus documentos, casi nunca pudo dejar el barco, fue golpeado y maltratado muchas veces y las cicatrices en la cara y extremidades dan cuenta de los abusos.
PUBLICIDAD
En Malasia fue detenido por las autoridades y terminó en la cárcel durante varios meses hasta que una ONG lo ayudó a regresar a su país y a su aldea, pero ahora ya tenía 50 años a cuestas.
“Siempre lo extrañé y pensé que estaba muerto. Ahora que está en casa, no deseo nada más”, dijo entre lágrimas su madre Iat Somying.