Genevieve Snow volvía del trabajo y esperaba encontrar su departamento impecable. La joven había contratado un servicio de limpieza y antes de salir en la mañana les había cancelado a las dos empleadas 180 dólares por el trabajo, además de 60 dólares de propina.
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Cuando regresó luego de su día laboral, la joven de 29 años esperaba relajarse en su apartamento reluciente, sin embargo se llevó una sorpresa más que desagradable y terminó llamando a la policía.
Snow vive con Kristen Nepomuceno y su “compañera de cuarto” estaba durmiendo cuando se suponía que las trabajadoras estaban en su tarea de limpieza. Cuando se levantó, las encontró comiendo en el sillón del living. Las dos mujeres se levantaron de forma rápida y comenzaron a hacer las labores del hogar, señala New York Post.
Nepomuceno dejó la casa y cuando volvió fue la que se encontró con una escena casi dramática. La casa era un desastre, estaba todo tirado en el piso, la mesa de centro dada vuelta e incluso una de las empleadas dormía borracha en el piso de la cocina.
Además, las mujeres se habían tomado el alcohol que tenían, se habían comido su helado de chocolate y habían roto varias cosas del departamento.
Kristen dejó el lugar y llamó a la policía y cuando entraron la misma mujer que estaba durmiendo en el suelo se había sentado en el sillón y nuevamente comía helado.
Los uniformados les dijeron que las empleadas no habían cometido ningún delito y les “aconsejaron” que llevaran su reclamo a un tribunal civil.
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Snow le pidió explicaciones a la empresa y 400 dólares, los que cubrirían el pago que hizo por la “limpieza” y los destrozos que realizaron en el lugar, pero se niegan a pagar.
Además, desde la compañía de aseo aseguraron que nunca habían tenido ese tipo de problemas y que todo se debió a un mal momento emocional de su empleada, ya que el día anterior la mujer que encontraron borracha y durmiendo en el piso había sido abandonada por su esposo luego de 19 años de matrimonio y que justo cuando estaba “haciendo el aseo” la había llamado su hija adolescente diciéndole que estaba embarazada.
