A los siete años enfrentó una situación que nadie nunca debería vivir, fue abusado sexualmente por el papá de uno de sus amiguitos. El ataque fue tan brutal que Max, terminó con los intestinos perforados y casi al borde de la muerte.
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Su caso había conmocionado a todo Argentina, que nuevamente recuerda el dolor de ese ataque sexual, porque cuatro años después del abuso, el niño fue ingresado como prioridad para un trasplante de intestino, debido a las lesiones que los médicos no pudieron reparar.
El niño, oriundo de la provincia de Chaco, fue víctima de Omar Alberto Verón quien tras permanecer prófugo por todos estos años fue detenido la semana pasada por las autoridades policiales trasandinas.
El hombre, aprovechando la ausencia de su propio hijo, abusó del niño mientras la máquina de cortar pasto funcionaba, para que los vecinos no pudieran escuchar los gritos de dolor del pequeño.
La pesadilla no termina
Pero tras el abuso, la pesadilla de Max no terminó ahí. Su violador lo mantenía bajo amenaza, asegurando que si hablaba de lo sucedido asesinaría a sus hermanos.
El brutal ataque quedó al descubierto por el médico que atendió al niño tras presentar molestias en su abdomen. El cirujano infantil contactó al padre de la víctima y le detalló las lesiones que mantenía.
El niño había sufrido desgarro anal y perforaciones intestinales compatibles con un ataque sexual, lo que derivó en una serie de tratamientos para corregir el daño.
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El trasplante
De acuerdo con la información que detalla el diario argentino Crónica, el niño ahora debe ser sometido a un trasplante de intestinos, para lo que ha iniciado una campaña de ayuda.
«En el Garrahan le cerraron la abertura abdominal que le habían hecho para que pudiera alimentarse mediante sonda. Ahora lo hace por vía venosa. Cuando cicatrice, pasará a lista de espera porque necesita un trasplante de intestinos», dijo el padre.
La familia está reuniendo recursos para habilitar una habitación en su casa ara que pueda continuar ahí con el tratamiento.
«Necesitamos de ayuda porque estamos solos. Si bien tenemos los materiales que nos dio la gobernación, nos faltan insumos médicos, la cama y colchón, además de mano de obra».
