El Tetris es un videojuego de puzzle originalmente diseñado y programado por Alekséi Pázhitnov en la Unión Soviética que fue lanzado el 6 de junio de 1984, mientras trabajaba para el Centro de Computación Dorodnitsyn de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética en Moscú, RSFS de Rusia.
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Desde su presentación ha cautivado a millones de personas en todo el mundo, gracias a las simples reglas que posee: juntar piezas de distinto tamaño y formar líneas para sumar puntos y pasar etapas.
El fin de semana recién pasado, los mejores exponentes del mundo se reunieron para definir quien sabe jugar mejor. En una infartante final se definió que Joseph Saelee un joven estadounidense de 16 años, es simplemente el maestro del juego de palitos.
Saelee venció en la final por 3-0 a la leyenda Jonas Neubauer, quedándose con el título del Classic Tetris World Championship.
Esta competencia es un campeonato de videojuegos, organizado por Portland Retro Gaming Expo. Fue lanzada en 2010, durante la filmación de Ecstasy of Order: The Tetris Masters, y cada año busca determinar el mejor jugador de Tetris del mundo.
Final del Mundial de Tetris 2018.
Con ustedes, el relato del siglo.🎤@LVPibai pic.twitter.com/gm8com9Bpu
— Lucas Beltramo (@LucasBeltramo) October 23, 2018
El mejor relato
Pero en las redes sociales de lo que más se habló fue del épico relato que un narrador de partidas de videojuegos originario de Barcelona hizo del encuentro.
«Vamos Jonas… por España. Vamos Jonas… por Albacete», «dame un palito por la derecha» y «no me jodas, Jonas», se le escucha al relator que no tiene nada que envidiarle a los que narran los partidos de fútbol, en sus comentarios los que provocaron carcajadas de miles de personas.
«Cuidado que se le acumula la pecera, ojo que puede perder. ¡¡Noooooooo!! ¡¡El palo a la derecha!!», se le escucha al relator cada vez más exaltado.
Cuando la partida ya había terminado, se le escucha al relator hacer una comparación con otro deporte: «España contra Rusia en los penaltis, y Jonas en la final del mundo contra Joseph; las dos mayores decepciones de España este año».
