El 8 de marzo de 2014 desapareció de todos los radares el vuelo MH370 perteneciente a Malaysian Airlines, que iba desde Kuala Lumpur a Beijing, viajando con 227 pasajeros y 12 tripulantes.
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Desde esa jornada que es un misterio el destino del avión y tras múltiples teorías apareció finalmente una que daría un vuelco tremendo al caso, rodeando aún más de misterio al hecho.
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Ghyslain Wattrelos perdió a su esposa y sus dos hijos, quienes iban en el mencionado vuelo, y desde ese entonces que trabaja con detectives independientes buscando dar con una explicación a qué pasó con el MH370, según consigna el Daily Mail.
Y dentro de ese marco es que los investigadores que trabajan con el francés pidieron todos los antecedentes vinculados al caso para hacer una nueva revisión, enterándose de la última pista: el avión pudo ser hackeado.
En ese sentido, se cree que un pasajero malayo experto en informática y utilizando un software especializado, pudo haber hackeado la posición en donde se encontraba el avión.
Al respecto, el individuo podría haberse sentado debajo de la unidad de comunicaciones satelitales del avión, conocida como Satcom, y de esta forma cambiar la ruta final que hizo el vuelo.
Tras la desaparición del MH370 los investigadores han seguido la ruta que debió hacer el avión en base a los datos satelitales. Por ende, si esto fue modificado, han estado buscando todo este tiempo en el lugar incorrecto.
El problema es que el 2015 en la isla de la Reunión, departamento francés en el océano Índico, fueron hallados restos que correspondían al mencionado MH370, por lo que la duda surge de inmediato: si el vuelo fue desviado, ¿por qué habían partes del avión allí? ¿Fueron plantadas en el marco de un montaje?.
Mientras todo esto es debatido, Wattrelos maneja otras opciones para seguir indagando sobre qué pasó con el avión. Esto pues también cuenta con antecedentes sobre otros pasajeros que podrían haber atentado con la nave. Por ejemplo, un iraní le pidió a sus amigos que le pidieran a Alá por su alma, mientras que habrían dos ucranianos y un estadounidense que iban en el avión que calzarían con un perfil «atípico».