Fue secuestrada, violada en grupo y luego asesinada en mayo de 2017 en Ciudad del Cabo, Sudáfrica y más de un año después los autores del crimen de Hanna Cornelius, enfrentaron a la justicia y fueron encontrados culpables.
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De esta manera, Geraldo Parsons, 27, Vernon Witbooi, 33, y Eben van Niekerk, 28, fueron declarados culpables de la violación y el asesinato, así como del secuestro, robo e intento de asesinato de Cheslin Marsh, mientras que un cuarto hombre, Nashville Julius, de 29 años, fue declarado culpable de secuestrar y robar a Hanna y a Cheslin.
El padre de la joven estuvo por primera vez en el tribunal, desde que comenzó el juicio, para enfrentar a los autores de la muerte de su hija. No había podido asistir al tribunal antes, porque según sus propias palabras «no podía soportar escuchar lo que le hicieron a mi hija».
El caso estuvo marcado además por el día en que la tía de la víctima, Eleanor Cornelius, enfrentara a los autores cuestionándolos por sonreír mientras estaban sentados en el banquillo de los acusados, «como si solo se hubieran incorporado a la travesura».
«Creo que nuestra familia murió con Hannah»
En su presentación en la Corte, el padre de Hanna reveló lo difícil que ha sido para su familia la muerte de su hija. «Mi esposa entró en el océano y no regresó», dijo sobre el suicido de su mujer.
La madre de Cheslin, la otra joven atacada, también compareció emplazando a los asesinos: «¿Quién le hace algo así a una persona? Mi hija no te hizo nada», les dijo.
Durante el juicio la familia observó las cámaras de seguridad que mostraban como se desencadenaron los hechos el fatídico 27 de mayo de 2017 cuando los sujetos intentaron robar el vehículo de las jóvenes y luego decidieron secuestrarlas para posteriormente violarlas.
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Uno de los perpetradores del robo, Geraldo Parsons, dijo en el estrado que la primera intensión era sólo quitarles el vehículo pero cuando cambiaron las intensiones intentó persuadir a sus acompañantes a que tras violarlas dejaran a las jóvenes con vida.
Sin embargo, después de abusar de manera brutal a Hanna Cornelius la metieron en el maletero de su propio automóvil y la trasladaron a un lugar solitario, donde finalmente la asesinaron.