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Buque chileno encontró “objeto” hace un año y todo fue desestimado: la historia detrás de la ignorada pista clave en hallazgo del ARA San Juan

El submarino fue encontrado a pocas millas del lugar donde el “Cabo de Hornos” había dado con un “objeto” en el fondo del mar.

Tras un año y un día de su desaparición, fue encontrado finalmente el submarino argentino ARA San Juan, el cual viajaba con 44 tripulantes en su interior y cuyo hallazgo causó impacto no solo en suelo trasandino, sino que a nivel mundial.

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Sin embargo, tras dar el derrotero noruego «Sea Bed» con el sumergible, comenzaron a surgir las primeras dudas e inquietudes en torno al por qué la nave dejó para su último día de trabajos el área en donde logró realizar el hallazgo, considerando que había una pista clave encontrado por un buque chileno.

Según informa Clarín, el «Cabo de Hornos» se sumó el 2017 a las labores de búsqueda del ARA San Juan y en noviembre de dicho año encendió las alertas: encontró un «objeto» en la zona en donde debía estar el submarino argentino en el marco de su ruta original.

«El Cabo de Hornos pasó varias veces, obtuvo un objeto en el fondo y fue corroborado por otro buque con otro sensor», señaló al respecto el capitán de navío y portavoz de la Armada trasandina, Enrique Balbi.

Pese a esto, y a que «oficiales de la Armada Argentina encargados de la búsqueda habían recomendado aceptar un robot minisubmarino ofrecido por Gran Bretaña», por motivos que se desconocen «el entonces jefe de la marina de guerra, almirante Marcelo Srur, desechó la posibilidad».

En tanto, días después en unos documentos que quedaron como secretos y que Clarín reveló en septiembre pasado, desde Estados Unidos recomendaron centralizar la búsqueda del sumergible justamente en el área del «objeto» encontrado por el buque chileno.

Sin embargo, pese a la existencia de esta pista y al consejo norteamericano, el «Sea Bed» inició su búsqueda en otras zonas, sin considerar los antecedentes mencionados.

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En ese sentido, fuentes militares indicaron al medio argentino que «el hipotético hallazgo está en el sitio llamado ‘1 área 15A-4’ a pocas millas del originalmente llamado ‘punto dato Cabo de Hornos 1’ en referencia al buque científico chileno que registró los primeros contactos en noviembre de 2017 y del último mensaje radial que había enviado el San Juan antes de desaparecer».

Por lo mismo, de inmediato surgieron las dudas sobre por qué fueron desestimadas la pista chilena y la recomendación estadounidense. Esto fue planteado por Clarín, realizando una serie de cuestionamientos.

«¿Por qué el Seabed empezó su primera etapa de la búsqueda, que duró dos meses, con las áreas no prioritarias fijadas en el operativo internacional?», se preguntaron.

«¿Por qué se buscó recién ahora en la zona que la Armada ya había indicado en noviembre de 2017 como la más probable para encontrarlo?, ¿por qué se mandaron medios a zonas de las que se sabía que, por estudios de cinemática, era imposible que el San Juan estuviera?, ¿por qué se tomaron los indicios de supuestos ruidos de golpes en el casco como válidos o probables cuando toda la evidencia técnica sustentaba sus descarte como puntos de contacto?», agregan.

«¿Según el contrato, la empresa Ocean Infity podrá hacer uso de toda la información estratégica del lecho marino argentino que juntó en estos días? Y la última duda: ¿se esperó buscar en esta área para llegar cerca de la fecha del primer aniversario y así tener más impacto?», cuestiona el diario.

¿Por qué se debió considerar más la pista chilena?

De acuerdo a Clarín, «la presunción de que el submarino se hallaría en el área que rastreó el buque chileno Cabo de Hornos estaba basada en varios indicios. Por ejemplo, los contactos sonoros registrados por el Cabo de Hornos que tenía el sonar más apto para esas profundidades. Las fuentes basaban su hipótesis en que en ese punto de la plataforma, ubicado frente a Comodoro Rivadavia, hay un ‘cañadón submarino con profundidades de más de 800 metros y la presencia de gran cantidad de formaciones rocosas que pudieron enmascarar los restos del San Juan cuando se bajó un ROV (robot)'».

Por lo mismo, resultaba clave el ofrecimiento del Reino Unido de un vehículo submarino autónomo que viaja bajo el agua sin requerir la intervención de un operador para recorrer la zona indicada por la embarcación chilena.

En ese sentido, el 5 de diciembre pasado envió el ofrecimiento a Argentina, indicándose que para concretar esto, las autoridades trasandinas necesitaban hacer un «pedido formal» a Inglaterra.

Las fuentes consultadas por el citado diario aseguran que «este pedido nunca fue contestado a Gran Bretaña» y que el ministro de Defensa, Oscar Aguad, «tampoco se enteró de la oferta». También se menciona que el tema era algo «sensible», considerando el conflicto de las Malvinas.

De esta forma, el robot británico que era la clave para investigar la zona mencionada por el Cabo de Hornos nunca llegó a suelo argentino para comprobar si el «objeto» era o no el ARA San Juan.

Por lo mismo, toda esta situación está siendo indagada por la jueza federal Marta Yañez, quien debe decidir si existió negligencia en las labores de búsqueda del submarino.

 

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