«La gente siempre nos decía: Tu bebé es un niño feliz. Pero su risa no era de felicidad, era otra cosa». Así comienza el relato de Gemma, una mujer inglesa madre de Jack Young, el bebé que se transformó en un enigma médico por los particulares síntomas de una extraña enfermedad.
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El bebé, que ahora tiene 4 años de edad, sorprendía a todos con sus risas, pero su madre comenzó a notar que había algo extraño en su comportamiento. Al principio sólo reía como un bebé normal, pero con el paso de los días los episodios no paraban, hasta pasar incluso 17 horas al día repitiendo de manera compulsiva el extraño comportamiento.
«No había descanso, el sonido de risa era constante y durante mucho tiempo no teníamos ni idea de por qué», explicó la madre al sitio inglés The Sun.
Pero los ataques de risa de su hijo no eran otra cosa que una señal de una compleja enfermedad provocada por un tumor cerebral llamado hematoma hipotalámico, que por suerte era benigno.
Tras dos años buscando ayuda médica, la familia finalmente dio con los especialistas que ayudaron a su pequeño Jack y a tras una operación que se extendió por más de diez horas lograron remover el tumor y las risas incontrolables cesaron.
Los especialistas le explicaron a la familia que el comportamiento de su hijo es conocido como convulsiones geásticas y que estas se presentan en uno de cada mil niños con epilepsia.
Cabe mencionar que las convulsiones geásticas involucran repentinos estallidos de energía, generalmente en forma de lágrimas o risas como el caso de Jack.
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«Para ser honesto, solo pensamos que estaba tan feliz todo el tiempo», contó la madre, agregando que «era una pequeña risita, pero parecía seguir y seguir, como un disco en repetición».
Alivio desgarrador
La madre detalló que conocer la enfermedad de su hijo fue en parte un alivio, pero también algo desgarrador porque a tan temprana edad debía enfrentar una cirugía de cerebro de tanta complejidad.
Sin embargo, pese a los temores la cirugía salió correctamente y al minuto de despertar las risas habían terminado.
«Él es un niño tan feliz ahora y es una verdadera historia de éxito. Es un niño con un gran sentido del humor, que siempre nos hacen reír».
Sobre su enfermedad, Emma sentenció que “el hematoma hipotalámico es muy raro y quiero que otros padres sepan que hay luz al final del túnel y que las cosas mejoran. Esa operación cambió la vida de Jack y la nuestra, y estamos muy agradecidos «.