Más de 12 mil piezas de basura espacial son las que orbitan la Tierra y se han transformado en un dolor de cabeza para los científicos, por que su presencia en el espacio es una de las mayores amenazas para las labores de exploración y el trabajo de los satélites que se encuentran activos.
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Por eso es que desde hace al menos 13 años se han elaborado varios planes para eliminar esta basura de la manera más rápida y eficiente posible.
La situación es cada vez más complejo, y por eso, el sitio Space-Track.org realizó un catastro para conocer quienes son los «peores delincuentes» a nivel global, a la hora de contaminar el espacio.
De acuerdo a la data recopilada por el organismo -y que reproduce el diario inglés Daily Mail– Estados Unidos encabeza la lista con 4,037 piezas de basura espacial de las que no se ha hecho cargo, seguido muy de cerca por Rusia y sus aliados, con 4,035 piezas orbitando la Tierra.
Cabe mencionar que el riesgo que se genera por la presencia de estos objetos es la velocidad con la que se mueven. Es decir, hasta el objeto más pequeño, viajando sobre los 27 mil kilómetros por hora, puede generar un desastre catastrófico en algún satélite.
Otros contaminantes
A pesar de ser uno de los países más grandes del mundo, sólo ha dejado en el espacio 3.524 ítems de basura espacial orbitando a la Tierra.
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En el cuarto lugar y muy por debajo de sus predecesores, se encuentra Francia, quien es responsable por 334 desperdicios espaciales.
La lista la completan India (81), Japón (52) Brasil (52), canadá (5) y Reino Unido (1).
Son los mismos países los que actualmente trabajan para encontrar una solución al problema, sin embargo los planes que han tenido hasta ahora no ha logrado materializarse. Esto, debido a que la mayoría de las soluciones propuestas consideran elementos que causan una interacción enérgica con los escombros, lo que los podría empujar en direcciones impredecibles e involuntarias, transformándolos en amenazas directas para el planeta.
El problema de la basura espacial empeoró y se transformó en una situación más compleja, de acuerdo a los científicos, a raíz de dos eventos específicos.
En febrero de 2009 cuando un satélite de telecomunicaciones Iridium y Kosmos-2251, un satélite militar ruso, chocaron accidentalmente y en enero de 2007, luego de una prueba realizada por China de un arma anti-satélite en un viejo satélite meteorológico Fengyun.