“Lo tomó con la intención de enriquecerse” y no porque tuviera hambre. Esa fue parte de la argumentación de un juez que sentenció a un hombre a 19 meses de cárcel por robarse un sándwich.
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El joven llegó hasta una panadería de Barcelona, tomó el “bocadillo” del mostrador y «esgrimió un objeto metálico cortante similar a una parte de lata rota”, señala la sentencia.
El “objeto metálico cortante” que llevaba el sujeto era una lengüeta de una lata de bebida y según los testigos nunca amenazó a los empleados, indica El Diario.
Además, antes de escapar del lugar, el joven terminó tirando el “botín” al suelo y ni siquiera lo probó. Un par de horas después, volvió a la panadería sólo para increpar a las trabajadoras.
Según el texto, la intención de enriquecerse va más allá de “la insignificancia del botín sustraído” y apunta a que hubo una “intimidación con instrumento peligroso”.
La abogada del joven, que presentó un recurso de apelación tras el fallo, dijo que la resolución del magistrado “atenta al sentido común y a las más elementales reglas de la lógica”.
Además apuntó a que la “falta de miedo” de la dependienta en el momento de la sustracción del sándwich “demuestra la inexistencia de intimidación típica del robo” y que la lengüeta de la lata no puede considerarse igual de “peligroso que un arma”.
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La defensa aseguró en el juicio que el hombre había cometido el delito llevado por hambre, pero el juez desestimó dicha teoría manifestando que el aspecto del sujeto es “el normal de una persona del barrio”, y que además había botado el “bocadillo”, por lo que “deshace por completo la tesis de quien se hace con comida para subsistir”.
Eso sí, el joven no pasará un día en la cárcel debido a que no tenía antecedentes.
