La ciudad de Sodoma habría sido destruida por Dios por medio de fuego y azufre producto de la perversidad imperante en los habitantes de la mencionada urbe. El libertinaje había tomado control del lugar, algo que también aconteció con Gomorra.
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En ese sentido, en el Génesis se indica que Yavé «hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego, destruyó estas ciudades y cuantos hombres había en ellas».
Sin embargo para un grupo de arqueólogos esto no fue lo que causó el fin de la mencionada primera ciudad bíblica, sino que otro hecho. Todo esto figura en un estudio publicado en el sitio web Universe Today.
Al respecto, los expertos concuerdan que cayó fuego desde el cielo, pero no por un castigo divino, sino por el impacto de un meteorito con el Mar Muerto hace 3.700 años.
El origen de su teoría proviene de su trabajo por más de 13 años en Tall el-Hammam, un yacimiento arqueológico localizado en Jordania, en donde analizaron los daños que tiene dicha estructura y que concuerdan con los efectos que dejaría la caída del mencionado cuerpo rocoso.
Para los investigadores, la caída del meteorito provocó una onda de choque intensamente caliente y potente, lo cual destruyó todos en un área de 500 kilómetros cuadrados, lo cual generó además que dicho lugar estuviera completamente deshabitado por un lapso de 700 años.
Como prueba de esto, hallaron también una roca fundida de más de 600 gramos de peso, la cual habría estado expuesta durante unos segundos a temperaturas de 12.000 grados centígrados.
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Por último, los arqueólogos detectaron niveles de sal y sulfatos varias veces superiores al máximo aceptable para el cultivo de cebada y trigo. En ese sentido, estiman que la onda de choque filtró capas de sal desde el Mar Muerto hasta el suelo, lo cual generó que no pudieran trabajar dicha zona de forma agrícola por centenas de años.